Entonces David dijo al mensajero: Así dirás a Joab: No te desalientes por este suceso; porque a este y a esotro devore la espada. Haz más fuerte tu combate contra la ciudad hasta derribarla: y tú mismo, le dijo al mensajero, le has de alentar.
2 Samuel 2:26 - Biblia Version Moderna (1929) Entonces Abner dió voces a Joab, y le dijo: ¿Ha de devorar la espada para siempre? ¿no sabes tú que habrá amargura a la postre? ¿Hasta cuándo, pues, tardarás en decir al pueblo que se vuelva de perseguir a sus hermanos? Περισσότερες εκδόσειςBiblia Reina Valera 1960 Y Abner dio voces a Joab, diciendo: ¿Consumirá la espada perpetuamente? ¿No sabes tú que el final será amargura? ¿Hasta cuándo no dirás al pueblo que se vuelva de perseguir a sus hermanos? Biblia Nueva Traducción Viviente Abner le gritó a Joab: —¿Es inevitable que nos matemos unos a otros? ¿No te das cuenta de que lo único que produce es amargura? ¿Cuándo vas a ordenar que tus hombres dejen de perseguir a sus hermanos israelitas? Biblia Católica (Latinoamericana) Abner gritó a Joab: '¿Seguirá devorando la espada? ¿No sabes que esto acabará en lágrimas? ¿Qué esperas para ordenar a tus hombres que dejen de perseguir a sus hermanos?' La Biblia Textual 3a Edicion Entonces Abner gritó a Joab y dijo: ¿Devorará la espada para siempre? ¿Acaso no sabes que al final habrá amargura? ¿Hasta cuándo te tardarás en decir al pueblo que deje de perseguir a sus hermanos?° Biblia Serafín de Ausejo 1975 Llamó entonces Abner a Joab y le dijo: '¿Es que la espada va a estar devorando siempre? ¿No sabes que al final todo será amargura? ¿A qué esperas para mandar a la tropa que cese de perseguir a sus hermanos?'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y Abner dio voces a Joab, diciendo: ¿Consumirá la espada perpetuamente? ¿No sabes tú que al final será amargura? ¿Hasta cuándo no has de decir al pueblo que se vuelvan de seguir a sus hermanos? |
Entonces David dijo al mensajero: Así dirás a Joab: No te desalientes por este suceso; porque a este y a esotro devore la espada. Haz más fuerte tu combate contra la ciudad hasta derribarla: y tú mismo, le dijo al mensajero, le has de alentar.
Dijo entonces Abner a Joab: Levántense, si te place, los jóvenes, y jueguen las armas delante de nosotros. A lo que repuso Joab: Que se levanten.
Y echaron mano cada uno de la cabeza de su contrario, y metieron cada cual su espada por el costado de su contrario; de manera que cayeron todos juntos: de donde fué llamado aquel sitio Helcat-hazurim; el cual está en Gabaón.
Y se reunieron los hijos de Benjamín en pos de Abner, y se formaron en una sola tropa; e hicieron alto en la cima de cierto collado.
A lo cual repuso Joab: ¡Vive Dios! que si tú mismo no lo hubieras propuesto, desde esta mañana hubiérase ido el pueblo, y no hubiera perseguido cada cual a su hermano.
¿Cuándo pondréis fin a las palabras? entended, y después hablaremos nosotros.
¡Hijos de hombres! ¿hasta cuándo volveréis mi gloria en vituperio? ¿hasta cuándo amaréis la vanidad y buscaréis una mentira? (Pausa.)
El comienzo de la discordia es como el soltarse las aguas; déjese, pues, la disputa, antes que se cante la riña.
pero si rehusáis y os rebeláis, seréis devorados a espada; porque la boca de Jehová lo ha dicho.
Los asoladores han venido; se ven sobre todos los cerros pelados del desierto; porque la espada de Jehová devora desde el uno hasta el otro extremo de la tierra: no hay paz para ninguna carne.
En vano he castigado a vuestros hijos; pues no reciben la corrección: vuestra misma espada ha devorado a vuestros profetas, como un león asolador.
¿Hasta cuándo tengo de ver la bandera, y tengo de oír el sonido de la trompeta?
Porque día es éste de Jehová de los Ejércitos, el Señor, su día de venganza, en que se vengue de sus adversarios: por tanto devorará la espada, y se saciará, y se embriagará con la sangre de ellos: porque Jehová de los Ejércitos, el Señor, tiene un gran sacrificio en la tierra del Norte, junto al río Eufrates.
¡Declaradlo en Egipto, y haced proclamación en Migdol! ¡haced proclamación en Nof y en Tafnes! Decid: ¡Ponte en pie, y prepárate; pues ya devora la espada al rededor de ti!
Y la espada caerá con violencia sobre sus ciudades, y el fuego consumirá las barras de sus puertas, y las devorará, a causa de sus consejos perniciosos.
Pues al otro día él se les presentó mientras peleaban, y los iba a poner en paz, diciendo: ¡Señores! hermanos sois, ¿por qué os hacéis agravio el uno al otro?