Entonces clamó el atalaya y se lo avisó al rey. A lo cual el rey respondió: Si está solo, habrá noticias en su boca. Mientras tanto él seguía caminando y acercándose.
2 Samuel 18:26 - Biblia Version Moderna (1929) En esto divisó el atalaya otro hombre que venía corriendo; y clamó el atalaya al portero, diciendo: ¡He aquí que viene otro hombre corriendo solo! Y dijo el rey: Éste también es portador de noticias. Περισσότερες εκδόσειςBiblia Reina Valera 1960 vio el atalaya a otro que corría; y dio voces el atalaya al portero, diciendo: He aquí otro hombre que corre solo. Y el rey dijo: Este también es mensajero. Biblia Nueva Traducción Viviente el centinela vio que otro hombre corría hacia ellos. Gritó hacia abajo: —¡Allí viene otro! El rey respondió: —También trae noticias. Biblia Católica (Latinoamericana) Mientras se acercaba el hombre, el centinela divisó a otro que corría detrás, llamó al portero y le dijo: 'Hay otro hombre que también viene corriendo solo'. El rey dijo: 'También ese trae buenas noticias'. La Biblia Textual 3a Edicion Y el atalaya vio a otro hombre corriendo; y el atalaya dio voces al portero y dijo: He aquí otro° hombre que corre solo. Y el rey dijo: Ese también trae buenas nuevas. Biblia Serafín de Ausejo 1975 el centinela divisó a otro que también venía corriendo. Gritó, pues, al portero y le dijo: 'Viene corriendo otro hombre solo'. El rey exclamó: 'También éste trae buenas noticias'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) el atalaya vio a otro que corría; y dio voces el atalaya al portero, diciendo: He aquí otro hombre que corre solo. Y el rey dijo: Este también es mensajero. |
Entonces clamó el atalaya y se lo avisó al rey. A lo cual el rey respondió: Si está solo, habrá noticias en su boca. Mientras tanto él seguía caminando y acercándose.
Dijo de nuevo el atalaya: Estoy observando que el correr del primero semeja el correr de Ahimaaz hijo de Sadoc. Y respondió el rey: Hombre bueno es, y con buenas nuevas debe venir.
En efecto, se fueron, y llamando al portero de la ciudad, les avisaron a él y a los demás, diciendo: Acabamos de ir al campamento de los Siros; y he aquí que no había allí nadie, ni voz de persona alguna, sino los caballos atados, y los asnos atados, y las tiendas lo mismo que estaban antes.