Pero Jacob le dijo: No sea así, te lo ruego, si he hallado gracia en tus ojos; sino que has de recibir un presente de mi mano, por lo mismo que he visto tu rostro, como quien ve el rostro de Dios, y tú te complaciste en mí.
2 Samuel 14:28 - Biblia Version Moderna (1929) ¶Y Absalom habitó en Jerusalem dos años enteros sin ver la cara del rey. Περισσότερες εκδόσειςBiblia Reina Valera 1960 Y estuvo Absalón por espacio de dos años en Jerusalén, y no vio el rostro del rey. Biblia Nueva Traducción Viviente Absalón vivió dos años en Jerusalén, pero nunca pudo ver al rey. Biblia Católica (Latinoamericana) Absalón estuvo dos años en Jerusalén sin presentarse ante el rey;' La Biblia Textual 3a Edicion Y Absalón vivió dos años enteros en Jerusalem pero no veía el rostro del rey. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Residió Absalón dos años en Jerusalén sin presentarse ante el rey. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y estuvo Absalón por espacio de dos años en Jerusalén, y no vio el rostro del rey. |
Pero Jacob le dijo: No sea así, te lo ruego, si he hallado gracia en tus ojos; sino que has de recibir un presente de mi mano, por lo mismo que he visto tu rostro, como quien ve el rostro de Dios, y tú te complaciste en mí.
Entonces le respondió Judá, diciendo: Solemnemente nos protestó aquel hombre, diciendo: No veréis mi rostro, sin que venga vuestro hermano con vosotros.
Mas dijo el rey: ¡Vuelva él y vaya a su casa; pues no ha de ver mi rostro! De manera que se volvió Absalom, y fué a su casa, sin ver la cara del rey.
Entonces Absalom mandó llamar a Joab para enviarle al rey; mas no quiso ir a él. Y mandóle llamar aún la segunda vez; mas no quiso ir.
Y enviando el rey Salomón, le hicieron bajar de junto al altar; y él vino, y postróse delante del rey Salomón. Y le dijo Salomón: Véte a tu casa.
¶Entonces el rey envió y llamó a Simei, y le dijo: Edifícate una casa en Jerusalem y habita en ella, y no salgas de allí a ninguna parte;
¶Mirad que no tengáis en poco a uno de estos pequeñitos; porque yo os digo, que sus ángeles en los cielos ven de continuo el rostro de mi Padre que está en los cielos.