Israelitas, escuchen la palabra de nuestro Dios: «No tiemblen de miedo cuando vean señales en el cielo, como hacen las otras naciones.
Jeremías 2:4 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual »Escúchenme, israelitas: “Yo no traté mal a sus antepasados, sin embargo, ellos se alejaron de mí. Adoraron a ídolos inútiles, y ellos mismos se volvieron inútiles. Περισσότερες εκδόσειςBiblia Reina Valera 1960 Oíd la palabra de Jehová, casa de Jacob, y todas las familias de la casa de Israel. Biblia Nueva Traducción Viviente ¡Escuchen la palabra del Señor, pueblo de Jacob, todas las familias de Israel! Biblia Católica (Latinoamericana) Gente de Israel, con todas sus familias, escuchen lo que dice Yavé: La Biblia Textual 3a Edicion ¡Oíd la palabra de YHVH, oh casa de Jacob Y todas las familias de la casa de Israel! Biblia Serafín de Ausejo 1975 Escucha la palabra de Yahveh, casa de Jacob, y todas las familias de la casa de Israel. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Oíd la palabra de Jehová, casa de Jacob, y todas las familias de la casa de Israel. |
Israelitas, escuchen la palabra de nuestro Dios: «No tiemblen de miedo cuando vean señales en el cielo, como hacen las otras naciones.
Jeremías le dijo al pueblo: «¡Escúchenme, no sean tan orgullosos! ¡Préstenme atención, que Dios ha hablado!
El Dios de Israel declara: «El día que vuelvan de Babilonia, yo seré el Dios de todos los israelitas, y ellos serán mi pueblo.
Escucha, pueblo tonto y estúpido, que tiene ojos pero no quiere ver, que tiene oídos pero no quiere oír.
«Jeremías, ve a la puerta del templo, y desde allí anuncia este mensaje: “¡Escúchenme, todos ustedes, que viven en Judá y que pasan por estas puertas para adorar a nuestro Dios!
¡Escuchen, israelitas, el mensaje de su Dios! Él les dice: «Yo tengo un pleito contra ustedes, los israelitas. Ustedes no son sinceros, ni aman a su prójimo. Todo el mundo mata y roba, miente y jura en falso, y no es fiel en su matrimonio. Por todos lados hay violencia. ¡Nadie me reconoce como su Dios!
Israelitas, prestemos atención. Nuestro Dios tiene un pleito contra nosotros, y ahora mismo está presentando su acusación. Esto es lo que Dios nos dice: «Pueblo mío, tengo una queja contra ti, y espero que te defiendas. Llama como testigos a tu favor a las montañas y a las colinas, y pídeles que escuchen tu defensa. »Pero antes quiero que me digas: ¿en qué te he perjudicado?, ¿en qué te he ofendido?