Διαδικτυακή Βίβλος

Διαφημίσεις


Ολόκληρη η Βίβλος Παλαιά Διαθήκη Καινή Διαθήκη




2 Samuel 18:26 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual

el vigilante vio a otro hombre que también venía corriendo, así que le gritó al que cuidaba la entrada: «¡Viene otro hombre corriendo!» El rey dijo: «También debe traer buenas noticias».

Δείτε το κεφάλαιο
προβολή Interlinear Bible

Περισσότερες εκδόσεις

Biblia Reina Valera 1960

vio el atalaya a otro que corría; y dio voces el atalaya al portero, diciendo: He aquí otro hombre que corre solo. Y el rey dijo: Este también es mensajero.

Δείτε το κεφάλαιο

Biblia Nueva Traducción Viviente

el centinela vio que otro hombre corría hacia ellos. Gritó hacia abajo: —¡Allí viene otro! El rey respondió: —También trae noticias.

Δείτε το κεφάλαιο

Biblia Católica (Latinoamericana)

Mientras se acercaba el hombre, el centinela divisó a otro que corría detrás, llamó al portero y le dijo: 'Hay otro hombre que también viene corriendo solo'. El rey dijo: 'También ese trae buenas noticias'.

Δείτε το κεφάλαιο

La Biblia Textual 3a Edicion

Y el atalaya vio a otro hombre corriendo; y el atalaya dio voces al portero y dijo: He aquí otro° hombre que corre solo. Y el rey dijo: Ese también trae buenas nuevas.

Δείτε το κεφάλαιο

Biblia Serafín de Ausejo 1975

el centinela divisó a otro que también venía corriendo. Gritó, pues, al portero y le dijo: 'Viene corriendo otro hombre solo'. El rey exclamó: 'También éste trae buenas noticias'.

Δείτε το κεφάλαιο

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

el atalaya vio a otro que corría; y dio voces el atalaya al portero, diciendo: He aquí otro hombre que corre solo. Y el rey dijo: Este también es mensajero.

Δείτε το κεφάλαιο
Άλλες μεταφράσεις



2 Samuel 18:26
3 Σταυροειδείς Αναφορές  

y con fuerte voz se lo hizo saber al rey. Entonces el rey dijo: «Si viene solo, debe traer buenas noticias». Cuando ese hombre ya estaba cerca,


El vigilante dijo: «Por la manera en que corre, me parece que el primero es Ahimaas, el hijo de Sadoc». El rey comentó: «Ahimaas es un buen hombre. Seguramente me trae buenas noticias».


Entonces regresaron, llamaron a los guardias de la ciudad y les dijeron: «Venimos del campamento de los sirios. No hay nadie allí. No se ve ni se escucha nada. Solo están los caballos y los burros atados, y las tiendas de campaña están como si las acabaran de armar».