Por esos días, Abimélec fue a visitar a Abraham. Lo acompañó Ficol, que era el capitán de su ejército. Al llegar, Abimélec le dijo a Abraham: —He visto que Dios te ayuda en todo lo que haces.
1 Samuel 24:22 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual 22 (23) David se lo juró a Saúl. Luego Saúl se regresó a su casa, y David y su gente volvieron a su escondite. Περισσότερες εκδόσειςBiblia Reina Valera 1960 Entonces David juró a Saúl. Y se fue Saúl a su casa, y David y sus hombres subieron al lugar fuerte. Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces David le prometió esto a Saúl con un juramento. Después Saúl volvió a su casa, pero David y sus hombres regresaron a su fortaleza. Biblia Católica (Latinoamericana) Júrame pues por Yavé que no suprimirás mi descendencia después de mi muerte ni que harás desaparecer mi nombre de la familia de mi padre'. La Biblia Textual 3a Edicion Y David se lo juró a Saúl. Y Saúl se fue a su casa, y David y sus hombres subieron a los riscos. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pero júrame ahora por Yahveh que no destruirás mi descendencia después de mí y que no borrarás mi nombre de la casa de mi padre'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Entonces David juró a Saúl. Y se fue Saúl a su casa, y David y sus hombres subieron a la fortaleza. |
Por esos días, Abimélec fue a visitar a Abraham. Lo acompañó Ficol, que era el capitán de su ejército. Al llegar, Abimélec le dijo a Abraham: —He visto que Dios te ayuda en todo lo que haces.
Júrame ahora mismo, delante de él, que nunca me harás ningún daño, ni tampoco a mis hijos ni a mis descendientes. Júrame también que siempre me tratarás bien, tal como yo te he tratado, y que harás lo mismo con la gente de este país, donde has venido a vivir.
Debido al juramento que ante Dios David le había hecho a Jonatán, le perdonó la vida a su hijo Mefi-bóset.
Pero Jesús no confiaba en ellos, ni necesitaba que le dijeran nada de nadie, porque los conocía a todos y sabía lo que pensaban.
29 (24.1) Después de eso, David se fue a vivir por un tiempo a las cuevas protegidas de En-gadi.
—David, hijo mío, ¡bendito seas! Yo sé que te irá bien en todo lo que hagas. Y así David siguió su camino, y Saúl regresó a su casa.