Cuando Dios me pidió abandonar mi tierra, yo le pedí que a dondequiera que fuéramos, dijera que era mi hermana.
1 Samuel 23:21 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual —¡Que Dios los bendiga por tenerme compasión! —les dijo Saúl. Περισσότερες εκδόσειςBiblia Reina Valera 1960 Y Saúl dijo: Benditos seáis vosotros de Jehová, que habéis tenido compasión de mí. Biblia Nueva Traducción Viviente —¡Que el Señor los bendiga! —les dijo Saúl—. ¡Por fin alguien se preocupa por mí! Biblia Católica (Latinoamericana) Saúl les dijo: 'Que Yavé los bendiga por haber tenido piedad de mí. La Biblia Textual 3a Edicion A lo que respondió Saúl: ¡Benditos seáis de YHVH, porque os habéis compadecido de mí! Biblia Serafín de Ausejo 1975 Respondió Saúl: '¡Benditos seáis de Yahveh, pues os habéis compadecido de mí! Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y Saúl dijo: Benditos seáis vosotros de Jehová, que habéis tenido compasión de mí. |
Cuando Dios me pidió abandonar mi tierra, yo le pedí que a dondequiera que fuéramos, dijera que era mi hermana.
Alaban a los ambiciosos, pero a ti te menosprecian. No te buscan, porque para ellos no existes. Son groseros. Levantan la nariz y presumen de su codicia, pues solo en eso piensan;
Isaías dijo: «Ustedes que adoran a Dios, escuchen su mensaje: “Algunos de sus compatriotas, que les tienen mucho odio porque me adoran, dicen burlonamente: ‘Que Dios muestre su poder, a ver si se ponen contentos’. ¡Pero esos que los odian serán avergonzados!
Los sacerdotes, profetas y jueces enseñan, predican o dictan sentencia solo a cambio de dinero. »Y para colmo se atreven a decir: “No tenemos nada que temer. ¡Dios está con nosotros!”
Un día, le dijo a su madre: —Te oí maldecir al ladrón que te robó más de mil monedas de plata. Pero en realidad fui yo quien te las quitó. Aquí las tienes. Y le devolvió las monedas de plata a su madre, quien le dijo: —¡Dios te bendiga, hijo mío! Ahora aparto esta plata para Dios. Con ella voy a mandar hacer una imagen de madera recubierta de plata, y te la daré a ti.
Samuel se fue a buscarlo, y cuando lo encontró, Saúl le dijo: —¡Que Dios te bendiga! Ya cumplí con las órdenes de Dios.