Levítico 18:21 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual21 »Nadie debe entregar a sus hijos como ofrenda al dios Moloc. No me insulten de esa manera, pues yo soy el Dios de Israel. Tan-awa ang kapituloDugang nga mga bersyonBiblia Reina Valera 196021 Y no des hijo tuyo para ofrecerlo por fuego a Moloc; no contamines así el nombre de tu Dios. Yo Jehová. Tan-awa ang kapituloBiblia Nueva Traducción Viviente21 »No permitas que ninguno de tus hijos sea ofrecido como sacrificio a Moloc, pues no debes traer vergüenza al nombre de tu Dios. Yo soy el Señor. Tan-awa ang kapituloBiblia Católica (Latinoamericana)21 No entregarás a tu hijo, quemándolo según el rito de Moloc, pues sería deshonrar el nombre de tu Dios. ¡Yo soy Yavé! Tan-awa ang kapituloLa Biblia Textual 3a Edicion21 Tampoco darás de tu simiente para hacerlo pasar° a Moloc. No profanarás el nombre de tu Dios.° Yo, YHVH. Tan-awa ang kapituloBiblia Serafín de Ausejo 197521 No permitirás que un hijo tuyo sea pasado por el fuego en honor de Mólec, y no profanarás el nombre de tu Dios. Yo, Yahveh. Tan-awa ang kapituloBiblia Reina Valera Gómez (2023)21 Y no des de tu simiente para hacerla pasar por el fuego a Moloc; no contamines el nombre de tu Dios: Yo soy Jehová. Tan-awa ang kapitulo |
Manasés puso la imagen de la diosa Astarté en el templo de Dios, practicó la hechicería y la brujería, y se hizo amigo de los espiritistas y los brujos. También hizo quemar a su hijo como un sacrificio. Su comportamiento fue tan malo, que Dios se enojó mucho. Dios les había dicho a David y a su hijo Salomón: «De todas las ciudades de Israel, he elegido a Jerusalén, para poner allí mi templo y vivir en él para siempre.
También construyeron altares en el valle de Ben-hinom, para adorar a Baal. Pero lo que más aborrezco es que en esos altares ofrecieron a sus hijos y a sus hijas en honor del dios Moloc. Yo jamás les ordené que hicieran eso, ¡y ni siquiera me pasó por la mente! Así fue como hicieron pecar a los habitantes de Judá.
que instruyera a Aarón y a sus hijos en cuanto a las ofrendas presentadas en su honor. Los sacerdotes debían tratarlas con mucho respeto, porque eran ofrendas muy especiales, llevadas por los israelitas. Les dijo: «Si algún sacerdote me presenta estas ofrendas especiales mientras se encuentre impuro, no volverá a presentarse ante mí. Yo soy el Dios de Israel, y estas son las ofrendas de mi pueblo.