Levítico 16:17 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual17 »Nadie deberá estar cerca del santuario mientras Aarón esté allí para obtener el perdón del pecado de todos. Tan-awa ang kapituloDugang nga mga bersyonBiblia Reina Valera 196017 Ningún hombre estará en el tabernáculo de reunión cuando él entre a hacer la expiación en el santuario, hasta que él salga, y haya hecho la expiación por sí, por su casa y por toda la congregación de Israel. Tan-awa ang kapituloBiblia Nueva Traducción Viviente17 A nadie más se le permitirá estar dentro del tabernáculo cuando Aarón entre para la ceremonia de purificación en el Lugar Santísimo. Nadie podrá entrar hasta que él salga, después de haberse purificado a sí mismo, a su familia y a toda la congregación de Israel, haciéndolos justos ante el Señor. Tan-awa ang kapituloBiblia Católica (Latinoamericana)17 No habrá nadie en la Tienda de las Citas cuando Aarón entre en el Santuario para hacer la expiación, hasta que salga. Después de hacer la expiación por sí, por los de su familia y por toda la comunidad de Israel, Tan-awa ang kapituloLa Biblia Textual 3a Edicion17 Nadie podrá permanecer en la Tienda de Reunión desde que él entre en el Santuario para hacer expiación hasta que salga y haya hecho expiación por sí mismo, por su casa, y por toda la congregación de Israel. Tan-awa ang kapituloBiblia Serafín de Ausejo 197517 No habrá nadie en la tienda del encuentro desde que él entre en el santuario para hacer la expiación hasta que salga después de haber hecho la expiación por sí mismo, por su casa y por toda la asamblea de Israel. Tan-awa ang kapitulo |
”Tienen que pasar setenta semanas para que termine el castigo contra tu pueblo y la ciudad santa, y Dios les perdone su maldad. Tienen que pasar setenta semanas para que lleguen a su fin la desobediencia y el pecado. Al cabo de ese tiempo siempre habrá justicia, y sucederá lo que viste, y Dios cumplirá su promesa. Su santo templo será purificado, y se le volverá a dedicar.
El Hijo de Dios nos muestra el poder y la grandeza de su Padre. El Hijo de Dios es igual en todo a su Padre, y con su gran poder hace que el universo siga existiendo. El Hijo de Dios logró que Dios nos perdonara nuestros pecados, y después subió al cielo para sentarse a la derecha del trono de su Padre.