2 Samuel 12:9 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual9 ”¿Por qué te burlaste de mí, que soy tu Dios? ¿Por qué hiciste lo que yo prohíbo? En realidad no fueron los amonitas quienes mataron a Urías; lo mataste tú, ¡y lo hiciste para quedarte con su mujer! Tan-awa ang kapituloDugang nga mga bersyonBiblia Reina Valera 19609 ¿Por qué, pues, tuviste en poco la palabra de Jehová, haciendo lo malo delante de sus ojos? A Urías heteo heriste a espada, y tomaste por mujer a su mujer, y a él lo mataste con la espada de los hijos de Amón. Tan-awa ang kapituloBiblia Nueva Traducción Viviente9 ¿Por qué, entonces, despreciaste la palabra del Señor e hiciste este acto tan horrible? Pues mataste a Urías el hitita con la espada de los amonitas y le robaste a su esposa. Tan-awa ang kapituloBiblia Católica (Latinoamericana)9 ¿Por qué pues despreciaste la palabra de Yavé? ¿Por qué hiciste esa cosa tan mala a sus ojos de matar por la espada a Urías el hitita? Te apoderaste de su mujer y lo mataste por la espada de los amonitas. Tan-awa ang kapituloLa Biblia Textual 3a Edicion9 ¿Por qué has menospreciado la palabra de YHVH, haciendo lo malo ante sus ojos? Has matado a espada a Urías heteo, has tomado a su mujer por mujer tuya, y lo has asesinado con la espada de los amonitas. Tan-awa ang kapituloBiblia Serafín de Ausejo 19759 ¿Por qué, pues has menospreciado la palabra de Yahveh y has hecho lo que es malo ante sus ojos? Has hecho morir por la espada a Urías, el hitita, y luego has tomado por esposa a su mujer; lo has asesinado con la espada de los amonitas. Tan-awa ang kapituloBiblia Reina Valera Gómez (2023)9 ¿Por qué, pues, tuviste en poco la palabra de Jehová, haciendo lo malo delante de sus ojos? A Urías heteo mataste a espada, y tomaste por tu esposa a su esposa, y a él mataste con la espada de los hijos de Amón. Tan-awa ang kapitulo |
Puso la imagen de un ídolo en el templo de Dios, practicó la hechicería y la brujería, y se hizo amigo de brujos y espiritistas. También hizo quemar a su hijo como un sacrificio en el valle de Ben-hinom. Su comportamiento fue tan malo, que Dios se enojó mucho. Dios les había dicho a David y a su hijo Salomón: «De todas las ciudades de Israel, he elegido a Jerusalén, para poner allí mi templo y vivir en él para siempre.