Salmos 136:23 - La Biblia Textual 3a Edicion

²³ El que en nuestra humillación se acordó de nosotros, Porque para siempre es su misericordia.

Dugang nga mga bersyon

Biblia Reina Valera 1960

²³ Él es el que en nuestro abatimiento se acordó de nosotros, Porque para siempre es su misericordia;

Biblia Nueva Traducción Viviente

²³ Él se acordó de nosotros en nuestras debilidades. Su fiel amor perdura para siempre.

Biblia Católica (Latinoamericana)

²³ Se acordó de nosotros en nuestro abatimiento, porque su amor perdura para siempre.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

²³ Al que en la humillación se acuerda de nosotros, pues su amor es eterno,

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

²³ El que en nuestro abatimiento se acordó de nosotros, porque para siempre es su misericordia;

Biblia Traducción en Lenguaje Actual

²³ Dios no se olvidó de nosotros cuando nos vio derrotados. ¡Dios nunca deja de amarnos!

Salmos 136:23 Cross References

Génesis 8:1

Entonces ’Elohim se acordó de Noé y de todo ser vivo, y de todos los animales que estaban con él en el arca. Y ’Elohim hizo pasar un viento sobre la tierra, y las aguas decrecieron.

Salmos 102:17

Habrá vuelto el rostro a la oración de los desamparados, Pues no habrá despreciado su ruego.

Salmos 113:7

Que levanta del polvo al pobre, Que saca del basurero al miserable,

Salmos 116:6

YHVH guarda a los sencillos, Estaba yo postrado y me salvó.

Salmos 142:6

¡Oye mi clamor, porque estoy abatido en gran manera! Líbrame de los que me persiguen, porque son más fuertes que yo.

Isaías 63:9

Y fue afligido con todas sus aflicciones. El Ángel de su presencia los salvó, En su amor y en su ternura, Él mismo los redimió, Y cargó con ellos, y los llevó todos los días, desde la antigüedad.

Lucas 1:48

Porque miró la bajeza de su sierva; pues he aquí desde ahora Me llamarán bienaventurada todas las generaciones.

Lucas 1:52

Quitó de los tronos a los poderosos, Y exaltó a los humildes.

Deuteronomio 32:36

Porque YHVH vindicará a su pueblo, Y tendrá compasión de sus siervos. Cuando vea que sus manos flaquean, Y que ya no existe ni esclavo ni liberto,