Nehemías 9:34 - La Biblia Textual 3a Edicion34 Porque nuestros reyes, nuestros gobernantes, nuestros sacerdotes y nuestros padres no ejecutaron tu Ley ni atendieron tus mandamientos ni tus testimonios, con los cuales testificaste contra ellos. Tan-awa ang kapituloDugang nga mga bersyonBiblia Reina Valera 196034 Nuestros reyes, nuestros príncipes, nuestros sacerdotes y nuestros padres no pusieron por obra tu ley, ni atendieron a tus mandamientos y a tus testimonios con que les amonestabas. Tan-awa ang kapituloBiblia Nueva Traducción Viviente34 Nuestros reyes, líderes, sacerdotes y antepasados no obedecieron tu ley ni prestaron atención a las advertencias de tus mandatos y leyes. Tan-awa ang kapituloBiblia Católica (Latinoamericana)34 Nuestros reyes, nuestros jefes, nuestros sacerdotes y nuestros padres no han seguido tu Ley, se olvidaron de tus mandamientos y de las ordenanzas que les habías dado. Tan-awa ang kapituloBiblia Serafín de Ausejo 197534 Nuestros reyes y jefes, nuestros sacerdotes y padres no guardaron tu ley, no atendieron a tus mandamientos, ni a las invitaciones que tú les hiciste. Tan-awa ang kapituloBiblia Reina Valera Gómez (2023)34 Y nuestros reyes, nuestros príncipes, nuestros sacerdotes, y nuestros padres, no pusieron por obra tu ley, ni atendieron a tus mandamientos y a tus testimonios, con que les amonestabas. Tan-awa ang kapituloBiblia Traducción en Lenguaje Actual34 Nuestros reyes y jefes, nuestros sacerdotes y antepasados, no obedecieron tu ley ni hicieron caso de tus advertencias. Tan-awa ang kapitulo |
Y desecharon sus estatutos, y su pacto que había hecho con sus padres, y los testimonios con que les había advertido, y siguieron en pos de cosas vanas y se hicieron vanos, y fueron tras las naciones que estaban a su alrededor, respecto a las cuales YHVH les había ordenado que no obraran como ellas.
Al contrario, cumpliremos resueltamente toda promesa salida de nuestra boca, respecto a quemar incienso en honor de la reina de los cielos, y derramar libaciones a ella, como hemos hecho nosotros y nuestros padres, nuestros reyes y nuestros príncipes en las ciudades de Judá y en las plazas de Jerusalem, con lo cual tuvimos abundancia de pan, y éramos felices, y no veíamos mal alguno.