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Juan 12:40 - Biblia Nacar-Colunga

40 “El ha cegado sus ojos y ha endurecido su corazón, no sea que con sus ojos vean, con su corazón entiendan, y se conviertan y los sane,”

Tan-awa ang kapitulo Kopyaha


Dugang nga mga bersyon

Biblia Reina Valera 1960

40 Cegó los ojos de ellos, y endureció su corazón; Para que no vean con los ojos, y entiendan con el corazón, Y se conviertan, y yo los sane.

Tan-awa ang kapitulo Kopyaha

Biblia Nueva Traducción Viviente

40 «El Señor les ha cegado los ojos y les ha endurecido el corazón, para que sus ojos no puedan ver y su corazón no pueda entender y ellos no puedan volver a mí para que yo los sane».

Tan-awa ang kapitulo Kopyaha

Biblia Católica (Latinoamericana)

40 Cegó sus ojos y endureció su corazón para que no vieran, ni comprendieran, ni se volvieran a mí: de hacerlo, yo los habría sanado.

Tan-awa ang kapitulo Kopyaha

La Biblia Textual 3a Edicion

40 Ha cegado los ojos de ellos, y endureció el corazón de ellos, Para que no vean con los ojos, ni entiendan con el corazón, y se conviertan, y los sane.°

Tan-awa ang kapitulo Kopyaha

Biblia Serafín de Ausejo 1975

40 Les he cegado los ojos, y les ha embrutecido el corazón, para que no vean con los ojos, ni entiendan con el corazón, ni se conviertan, y yo no los sane.

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Juan 12:40
44 Cross References  

y Yahvé decía: ¿Quién inducirá a Ajab para que suba a Ramot Galaad y perezca allí? Unos respondieron de un modo, otros de otro;'


El sana a los de quebrantado corazón y venda sus heridas.


Le sostendrá Yahvé en el lecho del dolor; le aliviará sobre su lecho en su enfermedad.'


¡Oh Yahvé! no me castigues en tu ira, no me aflijas en tu indignación.


Yahvé dijo a Moisés: “Ve al faraón, porque yo he endurecido su corazón y el de sus servidores para obrar en medio de todos los prodigios que vas a ver,


Moisés y Aarón habían obrado todos estos prodigios ante el faraón, pero Yahvé endureció el corazón del faraón, y no quería dejar salir de su tierra a los hijos de Israel.


Yo endureceré el corazón de los egipcios, para que entren también detrás de ellos, y haré brillar mi gloria sobre el faraón y sobre todo su ejército, sus carros y sus caballeros,


Yo endureceré el corazón del faraón, y él os perseguirá; pero yo haré brillar mi gloria en el faraón y en todo su ejército, y sabrán los egipcios que yo soy Yahvé.” Hicieron así los hijos de Israel.'


Yahvé endureció el corazón del faraón, rey de Egipto, y el faraón persiguió a los hijos de Israel; pero éstos habían salido con muy alta mano.'


Yahvé le dijo: “Partido para volver a Egipto, ten cuenta de hacer delante del faraón los prodigios que yo he puesto en tu mano; pero yo endureceré su corazón y no dejará salir al pueblo;'


El corazón del faraón se endureció y no escuchó a Moisés y a Aarón, como se lo había dicho Yahvé.


Yo endureceré el corazón del faraón y multiplicaré mis señales y mis prodigios en la tierra de Egipto.


Y Yahvé endureció el corazón del faraón, que no escuchó a Moisés y a Aarón, como Yahvé se lo había dicho a Moisés.


Alzada está tu mano, ¡oh Yahvé! no la ven; verán, confundidos, tu celo por el pueblo, y el fuego de tus enemigos los devorará.'


Porque derramó Yahvé sobre vosotros un espíritu de letargo, y cierran vuestros ojos los profetas y velan vuestras cabezas los videntes.


Fue traspasado por nuestras iniquidades y molido por nuestros pecados. El castigo de nuestra paz fue sobre él, y en sus llagas hemos sido curados,


ved, y no conozcáis. Endurece el corazón de ese pueblo, tapa sus oídos, cierra sus ojos. Que no vea con sus ojos, ni oiga con sus oídos, ni entienda su corazón, y no sea curado de nuevo.


Y El me dijo: Ve y di a ese pueblo: Oíd, y no entendáis;'


Convertios, hijos rebeldes, y sanaré vuestras rebeldías. Henos aquí, venimos a ti, pues tú eres Yahvé, nuestro Dios.


Oíd esto, pueblo necio e insensato, que tiene ojos y no ve, tiene oídos y no oye.


Hijo de hombre, habitas en medio de gente rebelde, que tiene ojos para ver, y no ven; oídos para oír, y no oyen, porque son gente rebelde.'


y si el profeta se deja seducir y dice alguna cosa, seré yo, Yahvé, quien le habré seducido, y tenderé sobre él mi mano, y le exterminaré de en medio de mi pueblo, Israel.


No nos salvará Asiría. No montaremos “a caballo, nunca llamaremos más “dioses nuestros” a las obras de nuestras manos, pues en ti halla compasión el huérfano.


En su angustia me buscarán (diciendo): Venid y volvamos a Yahvé; El desgarró, El nos curará, El hirió, El nos vendará.'


Dejadlos; son guías ciegos; si un ciego guía a otro ciego, ambos caerán en la hoya.'


mirando, miren y no vean; oyendo, oigan y no entiendan, no sea que se conviertan y sean perdonados.'


pues no se habían dado cuenta de lo de los panes; su corazón estaba embotado.'


“El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ungió para evangelizar a los pobres; me envió a predicar a los cautivos la libertad, a los ciegos la recuperación de la vista; para poner en libertad a los oprimidos,'


y El contestó: A vosotros ha sido dado conocer los misterios del Reino de Dios; a los demás, sólo en parábolas, de manera que viendo no vean y oyendo no entiendan.'


Por esto no pudieron creer, porque también había dicho Isaías:


Jesús dijo: Yo he venido al mundo para un juicio, para que los que no ven, vean, y los que ven, se vuelvan ciegos.


Ellos, despedidos por la iglesia, atravesaron la Fenicia y Samaría, contando la conversión de los gentiles y causando grande gozo a todos los hermanos.


diciendo: “Vete a ese pueblo y diles: Con los oídos oiréis, pero no entenderéis; mirando miraréis, pero no veréis;'


Arrepentios, pues, y convertios, para que sean borrados vuestros pecados,


Así que tiene misericordia de quien quiere y a quien quiere le endurece.


-(3)Pero Yahvé no os ha dado todavía hasta hoy un corazón que entienda, ojos que vean y oídos que escuchen.


porque era designio de Yahvé que estos pueblos endureciesen su corazón en hacer la guerra a Israel, para que Israel los diese al anatema, sin tener para ellos misericordia, y los destruyera, como Yahvé se lo había mandado a Moisés.


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