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Josué 7:6 - Biblia Nacar-Colunga

6 Josué rasgó sus vestiduras, y se postró rostro en tierra ante el arca de Yahvé, hasta por la tarde, él y los ancianos de Israel, y echaron polvo sobre sus cabezas.

Tan-awa ang kapitulo Kopyaha


Dugang nga mga bersyon

Biblia Reina Valera 1960

6 Entonces Josué rompió sus vestidos, y se postró en tierra sobre su rostro delante del arca de Jehová hasta caer la tarde, él y los ancianos de Israel; y echaron polvo sobre sus cabezas.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

6 Entonces Josué y los ancianos de Israel rasgaron sus ropas en señal de aflicción, se echaron polvo sobre la cabeza y se inclinaron rostro en tierra ante el arca del Señor hasta que cayó la tarde.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

6 Entonces Josué rasgó su ropa y estuvo postrado con el rostro en tierra ante el Arca de Yavé hasta la tarde. El y los ancianos de Israel se echaron polvo en sus cabezas.

Tan-awa ang kapitulo Kopyaha

La Biblia Textual 3a Edicion

6 Entonces Josué rasgó sus vestidos, y cayó sobre su rostro en tierra ante el Arca° de YHVH hasta la tarde, él y los ancianos de Israel, y se echaron polvo sobre sus cabezas.

Tan-awa ang kapitulo Kopyaha

Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 Entonces Josué rasgó sus vestiduras y cayó rostro en tierra ante el arca de Yahveh hasta el atardecer, junto con los ancianos de Israel, y esparcieron polvo sobre sus cabezas.

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Josué 7:6
30 Cross References  

Volvió Rubén al pozo, pero no estaba en él José, y, rasgando sus vestiduras,


Rasgó Jacob sus vestiduras, vistióse de saco e hizo duelo por su hijo durante mucho tiempo.


David, tomando sus vestiduras, las rasgó, y también todos los hombres que con él estaban,


Hicieron duelo, llorando y ayunando hasta la tarde, por Saúl, por su hijo Jonatán y por el pueblo de Yahvé, que habían caído a la espada,


llegó el tercer día al campamento un hombre que venía del campo de Saúl, desgarrados los vestidos y cubierta la cabeza de polvo. Guando estuvo cerca de David, se echó a tierra, prosternándose,


Entonces rogó David a Dios por el niño y ayunó y se recogió, pasando las noches acostado en tierra.


Tamar echó ceniza sobre su cabeza, rasgó la amplia túnica que vestía y, puestas sobre la cabeza las manos, se fue gritando.


y, levantándose David, rasgó sus vestiduras y se echó en tierra, y todos sus servidores rasgaron delante de él sus vestiduras.


Cuando oyó el rey las palabras del libro de la Ley, rasgó sus vestiduras,


Cuando el rey oyó las palabras del libro de la Ley, rasgó sus vestiduras


Mientras que Esdras lloraba postrado ante la casa de Dios y hacía esta plegaria y esta confesión, habíase reunido junto a él una gran muchedumbre de gentes de Israel” Hombres, mujeres, niños y todos derramaban abundantes lágrimas.


El día veinticuatro del mismo mes se reunieron los hijos de Israel en ayuno, vestidos de saco y cubiertos de polvo.


Cuando supo Mardoqueo lo que pasaba, rasgó sus vestiduras, se vistió de saco y se cubrió de ceniza, y se fue por medio de la ciudad, dando fuertes, dolorosos gemidos,


En todas las provincias, dondequiera que llegó la orden del rey y su edicto, hubo entre los judíos gran desolación, y ayunaron y lloraron y clamaron, acostándose muchos sobre la ceniza y vestidos de saco.


Levantóse entonces Job, rasgó sus vestiduras, rasuró su cabeza y, echándose en tierra, adoró,


Ya de lejos alzaron sus ojos, sin reconocerle, y, levantando su voz, empezaron a llorar a voz en grito, al par que rasgahan sus vestiduras y esparcían al aire polvo sobre sus cabezas.


¡Por eso me retracto y hago penitencia sobre polvo y ceniza!


Yod. — Los ancianos de la hija de Sión se sientan en tierra mudos, cubierta de polvo la cabeza, vestidos de saco, y las vírgenes de Jerusalén inclinan a tierra sus cabezas.


Josué, hijo de Nun, y Caleb, hijo de Jefoné, que eran de los que habían explorado la tierra, rasgaron sus vestiduras,


Ellos, postrándose rostro a tierra, dijeron: “Oh Dios, Dios del espíritu de toda carne! ¿No es uno el que ha pecado? ¿Por qué airarte contra toda la congregación?


-(10) “Quitaos de en medio de esa turba, que voy luego a destruirla.” Ellos se prosternaron rostro a tierra,


Cuando esto oyeron los apóstoles Bernabé y Pablo, rasgaron sus vestiduras y arrojándose entre la muchedumbre, gritaban:


Josué dijo: “¡Oh Señor, Yahvé! ¿por qué has hecho pasar el Jordán a este pueblo, para entregarnos en manos de los amorreos, que nos destruyan? ¿Por qué no hemos sabido quedarnos al otro lado del Jordán?


Y arrojaron ceniza sobre sus cabezas, y gritaron, llorando y lamentándose, y diciendo: ¡Ay, ay de la ciudad grande, en la cual se enriquecieron todos cuantos tenían navíos en el mar, a causa de su suntuosidad, porque en una hora quedó devastada!


Al verla rasgó él sus vestiduras y dijo: “¡Ah, hija mía, me has abatido del todo, y tú misma te has abatido al mismo tiempo! He abierto mi boca a Yahvé sobre ti y no puedo volverme atrás.”


habían subido antes a llorar ante Yahvé hasta la tarde, y habían consultado, diciendo: “¿Marchamos todavía a combatir a Benjamín, nuestro hermano?”; y Yahvé había respondido: “Marchad contra él.”


Subió todo el pueblo, todos los hijos de Israel, a Betel; y allí lloraron ante Yahvé, ayunaron aquel día hasta la tarde y ofrecieron holocaustos y hostias pacíficas ante Yahvé. Luego consultaron a Yahvé.'


Vino el pueblo de Betel y estuvo allí ante Dios toda la tarde. Alzando su voz, lamentábase grandemente, diciendo:


Un hombre de Benjamín, de los huidos del campo de batalla, vino corriendo a Silo aquel mismo día, con los vestidos desgarrados y la cabeza cubierta de polvo.


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