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Jeremías 6:10 - Biblia Nacar-Colunga

10 ¿A quién hablaré? ¿A quién amonestaré que me oiga? He aquí que tienen oídos incircuncisos, no pueden oír nada, La palabra de Yahvé es para ellos objeto de escarnio, no gustan de ella.

Tan-awa ang kapitulo Kopyaha


Dugang nga mga bersyon

Biblia Reina Valera 1960

10 ¿A quién hablaré y amonestaré, para que oigan? He aquí que sus oídos son incircuncisos, y no pueden escuchar; he aquí que la palabra de Jehová les es cosa vergonzosa, no la aman.

Tan-awa ang kapitulo Kopyaha

Biblia Nueva Traducción Viviente

10 ¿A quién puedo advertir? ¿Quién escuchará cuando yo hable? Tienen sordos los oídos y no pueden oír. Ellos desprecian la palabra del Señor. No quieren escuchar para nada.

Tan-awa ang kapitulo Kopyaha

Biblia Católica (Latinoamericana)

10 ¿A quién hablaré y tomaré como testigo para que escuchen? A sus oídos les hace falta una circuncisión, y no pueden entender. La palabra de Yavé les causa risa y no les gusta.

Tan-awa ang kapitulo Kopyaha

La Biblia Textual 3a Edicion

10 ¿A quiénes tendré que hablar y testificar para que escuchen? He aquí que sus oídos son incircuncisos, Y no pueden escuchar:° He aquí que la palabra de YHVH ha venido a ser un oprobio para ellos; No tienen deleite en ella.

Tan-awa ang kapitulo Kopyaha

Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 ¿A quiénes hablaré y exhortaré para que me escuchen? Su oído está cerrado, no pueden atender. La palabra de Yahveh es para ellos oprobio, no la quieren.

Tan-awa ang kapitulo Kopyaha

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

10 ¿A quiénes hablaré y amonestaré, para que oigan? He aquí que sus oídos son incircuncisos, y no pueden escuchar; he aquí que la palabra de Jehová les es cosa vergonzosa, no la aman.

Tan-awa ang kapitulo Kopyaha




Jeremías 6:10
40 Cross References  

Antes bien, tiene en la Ley de Yahvé su complacencia y en ella medita día y noche.


Me deleitaré en tus estatutos, no olvidaré tu palabra.


Anhelo tu salvación, ¡oh Yahvé! pues tu ley es mi deleite.


Sí, tus testimonios son mis delicias, mis consejeros tus estatutos.


Haz que vaya por la senda de tus mandamientos, pues en ella me complazco.


Craso está como sebo su corazón, pero yo tengo en tu ley mis delicias.


Venga a mí tu misericordia y reviviré, porque tu ley es mi delicia.


Entonces dije: “¡He aquí que vengo!” En el rollo del libro me está prescrito


Moisés le respondió: “Los hijos de Israel no me escuchan, ¿cómo va a escucharme el faraón a mí, que soy incircunciso de labios?”


Muchas cosas has visto sin poner en ellas atención; abiertos tenías los oídos, pero no oíste.'


¿Quién creerá lo que hemos oído?l ¿A quién fue revelado el brazo de Yahvé?


Así dice Yahvé de los ejércitos, Dios de Israel: Ve y di a los hombres de Judá y a los habitantes de Jerusalén: ¿No aprenderéis a obedecer mis palabras? Oráculo de Yahvé.


Circuncidaos para Yahvé y quitad los prepucios de vuestros corazones, varones de Judá y habitantes de Jerusalén. No sea que salga como fuego mi ira y se encienda, sin que haya quien lo apague, por la maldad de vuestras obras.


Oíd esto, pueblo necio e insensato, que tiene ojos y no ve, tiene oídos y no oye.


Pues ahora, por haber hecho estas cosas — oráculo de Yahvé — y porque os amonesté a tiempo repetidas veces y no me escuchasteis, os llamé y no respondisteis,


pero no me escucharon, no me prestaron oído, y endurecieron su cerviz y obraron peor que sus padres.


La casa de Israel, por el contrario, no querrá oírte, porque no quieren oírme a mí, porque toda la casa de Israel tiene frente altanera y corazón contumaz.


y éste, viendo venir la espada sobre la tierra, toca la bocina para dar al pueblo la alarma,


Pero, si tú apercibiste al impío de su camino para que se apartase de él, y él no se apartó, él morirá por su culpa, pero tú habrás salvado tu alma.


Amasias, sacerdote de Betel, mandó a decir a Jeroboam: Amos está conspirando contra ti en medio de la casa de Israel. La tierra no puede ya soportar sus palabras.


Como viera a muchos saduceos y fariseos venir a su bautismo, les dijo: Raza de víboras, ¿quién os enseñó a huir de la ira que os amenaza?


Tomando la palabra un doctor de la Ley, le dijo: Maestro, hablando así nos ultrajas también a nosotros.


Los escribas y príncipes de los sacerdotes quisieron echarle mano en aquella hora, porque conocieron que a ellos iba dirigida aquella parábola; pero temieron al pueblo.'


El mundo no puede aborreceros a vosotros, pero a mí me aborrece, porque doy testimonio en contra de él de que sus obras son malas.


Oyeron esto algunos fariseos que estaban con El, y le dijeron: Conque ¿nosotros somos también ciegos?


Duros de cerviz e incircuncisos de corazón y de oídos, vosotros siempre habéis resistido al Espíritu Santo. Como vuestros padres, así también vosotros.


Puesto de rodillas, gritó con fuerte voz: Señor, no les imputes este pecado. Y diciendo esto se durmió. Saulo aprobaba su muerte.


porque me deleito en la Ley de Dios, según el hombre interior;'


-(3)Pero Yahvé no os ha dado todavía hasta hoy un corazón que entienda, ojos que vean y oídos que escuchen.


Al cual nosotros anunciamos, amonestando a todos los hombres e instruyéndolos en toda sabiduría, a fin de presentarlos a todos perfectos en Cristo,


pues vendrá un tiempo en que no sufrirán la sana doctrina, antes, deseosos de novedades, se rodearán de maestros conforme a sus pasiones,


Por la fe, Noé, avisado por divina revelación de lo que aún no se veía, movido de temor, fabricó el arca para salvación de su casa; y por aquella misma fe condenó al mundo, haciéndose heredero de la justicia según la fe.'


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