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Jeremías 13:11 - Biblia Nacar-Colunga

11 Pues como se adhiere la faja a los lomos del hombre, así hice yo que se adhiriese a mí toda la casa de Israel y toda la casa de Judá, oráculo de Yahvé, para que ellos fuesen mi pueblo, mi renombre, mi alabanza y mi ornato; pero ellos no me escucharon.'

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Dugang nga mga bersyon

Biblia Reina Valera 1960

11 Porque como el cinto se junta a los lomos del hombre, así hice juntar a mí toda la casa de Israel y toda la casa de Judá, dice Jehová, para que me fuesen por pueblo y por fama, por alabanza y por honra; pero no escucharon.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 Tal como el calzoncillo se adhiere a la cintura del hombre, así he creado a Judá y a Israel para que se aferren a mí, dice el Señor. Iban a ser mi pueblo, mi orgullo, mi gloria: un honor para mi nombre, pero no quisieron escucharme.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 De la misma manera que un hombre se ciñe un cinturón a la cintura, así quise tener junto a mí a la gente de Judá para que fueran mi pueblo, mi honra, mi gloria y mi adorno, pero ellos no han escuchado.

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 Porque como el cinto se junta a los lomos de un hombre, así hice juntarse conmigo a toda la casa de Israel y a toda la casa de Judá, dice YHVH, para que fueran mi pueblo, mi renombre, mi alabanza y mi gloria. Pero ellos no quisieron escuchar.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 Pues como el cinturón se adapta a la cintura del hombre, así yo había hecho que se adaptara a mí toda la casa de Israel y toda la casa de Judá -oráculo de Yahveh-, para que fueran mi pueblo, mi renombre, mi alabanza y mi adorno; pero no me escucharon'.

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Jeremías 13:11
25 Cross References  

Porque eligió para sí Yahvé a Jacob, a Israel por posesión suya.


No hizo tal a gente alguna ni manifestó sus juicios. ¡Aleluya!


Yo soy Yahvé, tu Dios, que te hice subir de la tierra de Egipto; ensancha tu boca, y yo la llenaré.'


para abrevar a mi pueblo, a mi elegido, al pueblo que hice para mí, que cantará mis loores.


Les llamarán pueblo santo, los rescatados de Yahvé, y a ti te llamarán la “Deseada,” la “ciudad” no desamparada.


Así me habló Yahvé: Ve y cómprate una faja de lino y póntela sobre tus lomos y no la metas en el agua.


Este pueblo malvado, que rehusa escuchar mis palabras y en la depravación de su corazón se va tras dioses ajenos para servirlos y adorarlos, será como esta faja, que no sirve para nada.


Y les dirás esta palabra: Así dice Yahvé, Dios de Israel: Las tinajas se llenan de vino. Y te dirán: ¿Acaso no sabemos muy bien que las tinajas se llenan de vino?


Así dice Yahvé de los ejércitos, Dios de Israel: He aquí que traeré contra esta ciudad y contra todas las ciudades que de ella dependen todos los males con que les he amenazado, porque han endurecido su cerviz y por no haber escuchado mis palabras,


el que hizo maravillas y portentos en la tierra de Egipto hasta el día de hoy en Israel y en los (otros) hombres, y te has hecho un nombre, como lo es en el día de hoy,


y será para mi renombre, alegría, alabanza y magnificencia entre todos los pueblos de la tierra, que oirán todo el bien que yo les haré y temblarán y se turbarán de tanto bien y de tanta paz como yo les daré.


Yo os había dado atalayadores: Atención a la voz de la trompeta! Pero ellos dijeron: ¡No queremos oírla!


Pues ahora, por haber hecho estas cosas — oráculo de Yahvé — y porque os amonesté a tiempo repetidas veces y no me escuchasteis, os llamé y no respondisteis,


sino que les di este mandato: Oíd mi voz y seré vuestro Dios y vosotros seréis mi pueblo, y seguid los caminos que yo os mando, y os irá bien.


Pero ellos no (me) escucharon, no (me) dieron oídos, y siguieron sus consejos en la dureza de su mal corazón, y se pusieron detrás, no delante de mí.


pero no me escucharon, no me prestaron oído, y endurecieron su cerviz y obraron peor que sus padres.


Oíd esta palabra que Yahvé ha pronunciado sobre vosotros, hijos de Israel; sobre todas las familias que hice subir de la tierra de Egipto, diciendo:'


Hasta el polvo que de vuestra ciudad se nos pegó a los pies, os lo sacudimos, pero sabed que el Reino de Dios está cerca.


Yahvé te ha dicho hoy que serás para él un pueblo singular, como ya te lo había dicho antes, guardando todos sus mandamientos;'


y dándote el Altísimo, sobre todas las naciones que El ha hecho, la superioridad y la gloria, en fama y en esplendor, para que vengas a ser un pueblo santo para Yahvé, tu Dios, como El te lo ha dicho.”


Porque ¿cuál es, en verdad, la gran nación que tenga dioses tan cercanos a ella como Yahvé, nuestro Dios, siempre que le invocamos ?


Pero vosotros sois linaje escogido, sacerdocio real, nación santa, pueblo adquirido para pregonar el poder del que os llamó de las tinieblas a su luz admirable.


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