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Éxodo 4:27 - Biblia Nacar-Colunga

27 Yahvé dijo a Aarón: “Ve al desierto al encuentro de Moisés.” Partió Aarón, y, encontrándose con su hermano en el monte de Dios, le besó.

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Dugang nga mga bersyon

Biblia Reina Valera 1960

27 Y Jehová dijo a Aarón: Ve a recibir a Moisés al desierto. Y él fue, y lo encontró en el monte de Dios, y le besó.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

27 Ahora bien, el Señor le había dicho a Aarón: «Ve al desierto para encontrarte con Moisés». Así que Aarón fue a encontrarse con Moisés en el monte de Dios y lo abrazó.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

27 Mientras tanto, Yavé había dicho a Aarón: 'Sal al encuentro de Moisés, en el desierto. Así que partió Aarón, lo encontró en el Monte de Dios y lo besó.

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La Biblia Textual 3a Edicion

27 Y YHVH había dicho a Aarón: Ve al desierto al encuentro de Moisés. Y él fue y lo encontró en el monte de Dios, y lo besó.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

27 Yahveh dijo a Aarón: 'Ve al desierto y sal al encuentro de Moisés'.

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Éxodo 4:27
15 Cross References  

Besó Jacob a Raquel y alzó la voz llorando.


Levantóse, pues; comió y bebió, y anduvo con la fuerza de aquella comida cuarenta días y cuarenta noches hasta el monte de Dios, Horeb.'


Mandó a Moisés, su siervo, y a Aarón, su elegido.


Jetro, suegro de Moisés, con los hijos y la mujer de Moisés, vino a éste al desierto, donde estaba acampado, al monte de Dios.


Moisés salió al encuentro de su suegro y, prosternándose, le besó. Después de preguntarse uno a otro por la salud, entraron en la tienda de Moisés.


Subió Moisés a Dios, y Yahvé le llamó desde lo alto de la montaña, diciendo: “Habla así a la casa de Jacob, di esto a los hijos de Israel:


Todo el pueblo oía los truenos y el sonido de la trompeta, y veía las llamas y la montaña humeante, y, atemorizados y llenos de pavor, se estaban lejos.


Cuando iba a subir Moisés a la montaña con Josué, su ministro,


Apacentaba Moisés el ganado de Jetro, su suegro, sacerdote de Madián. Llevólo un día más allá del desierto, y, llegado al monte de Dios, Horeb,


y le dejó, diciendo ella lo de esposo de sangre por la circuncisión.


Más valen dos que uno solo, porque logran mejor fruto de su trabajo.


Ahí están unos hombres que te buscan. Levántate, pues, baja y vete con ellos sin vacilar, porque los he enviado yo.


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