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Ester 6:6 - Biblia Nacar-Colunga

6 Entró Aman, y el rey le dijo: “¿Qué ha de hacerse con aquel a quien el rey quiere honrar?” Aman se dijo a sí mismo: “¿A quién otro ha de querer honrar el rey?”

Tan-awa ang kapitulo Kopyaha


Dugang nga mga bersyon

Biblia Reina Valera 1960

6 Entró, pues, Amán, y el rey le dijo: ¿Qué se hará al hombre cuya honra desea el rey? Y dijo Amán en su corazón: ¿A quién deseará el rey honrar más que a mí?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

6 Entonces Amán entró, y el rey dijo: —¿Qué debo hacer para honrar a un hombre que verdaderamente me agrada? Amán pensó para sí: «¿A quién querría honrar el rey más que a mí?».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

6 Amán entró y el rey le preguntó: '¿Qué se puede hacer con un hombre al que quiere el rey honrar?» Amán se dijo a sí mismo: '¡A quién más que a mí podría honrar el rey!»'

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 Entró pues Amán, y el rey le preguntó: ¿Qué se hará al hombre cuya honra desea el rey? Y Amán dijo en su corazón: ¿A quién deseará honrar° el rey más que a mí?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 Entró Amán y el rey le preguntó: '¿Qué se debe hacer con un hombre a quien el rey se complace en honrar?'. Amán se dijo en su interior: '¿A quién, sino a mí, se complace el rey en honrar?'.

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Ester 6:6
19 Cross References  

a los cuales dijo: “¿Qué debe hacerse, según la ley, a la reina Vasti por no haber hecho lo que el rey le había intimado por medio de los eunucos?”


y Aman les habló de la grandeza de sus riquezas, del número de sus hijos, de todo cuanto había hecho el rey para engrandecerle dándole el primer lugar, por encima de los jefes y los servidores del rey.


Cogió Aman el vestido, vistió a Mardoqueo y le paseó a caballo por la plaza de la ciudad gritando delante de él: “Así se hace con el hombre a quien el rey quiere honrar.”


Los servidores le respondieron: “Ahí está Aman en el atrio.” Y dijo el rey: “Que entre.”


Y contestó: “Para honrar a quien el rey quiere honrar,


y dar el vestido, el caballo y la corona a uno de los más nobles príncipes del rey, para que vistan a aquel a quien el rey quiere honrar, y, llevándole en el caballo por la plaza de la ciudad, vayan pregonando ante él: Así se hace con el hombre a quien el rey quiere honrar.”


Sean cubiertos de vergüenza y confusión los que se muestran arrogantes contra mí.


Porque ese desvío llevará a los simples a la muerte, y la prosperidad de los necios los perderá.


La soberbia es heraldo de la ruina, y la altivez de corazón, de la caída.


Antes de la caída se exalta el corazón del hombre, y a la gloria precede la humillación.


Hay quien mira con altanería y cuyos párpados son altivos.


He aquí a mi Siervo, a quien sostengo yo; mi elegido, en quien se complace mi alma. He puesto mi espíritu sobre él; él dará el derecho a las naciones.'


y me gozaré en ellos al hacerles bien, y los plantaré firmemente en esta tierra con todo mi corazón y toda mi alma.


El orgullo de tu corazón te ha engañado. Quien habita en las cavernas de las rocas y cuya morada son las alturas, se dice a sí mismo: ¿Quién me hará bajar a tierra ?


mientras una voz del cielo decía: “Este es mi Hijo el amado, en quien tengo mis complacencias.”


y, llegando el que al uno y al otro os invitó, te diga: “Cede a éste tu puesto,” y entonces, con vergüenza, vayas a ocupar el último lugar.


Para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre, que le envió.


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