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Esdras 4:12 - Biblia Nacar-Colunga

12 Sepa el rey que los judíos que de ahí salieron y han llegado entre nosotros a Jerusalén, están reedificando la ciudad rebelde y rnala, alzando sus murallas y restaurando los cimientos.

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Dugang nga mga bersyon

Biblia Reina Valera 1960

12 Sea notorio al rey, que los judíos que subieron de ti a nosotros vinieron a Jerusalén; y edifican la ciudad rebelde y mala, y levantan los muros y reparan los fundamentos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

12 »El rey debería saber que los judíos que llegaron a Jerusalén de Babilonia están reconstruyendo esa ciudad rebelde y malvada. Ya han echado los cimientos y pronto terminarán sus murallas.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

12 Debe saber el rey que los judíos que se vinieron de tu lado hasta nosotros llegaron a Jerusalén. Reconstruyeron esa ciudad rebelde y malvada, están levantando de nuevo las murallas y reparando sus cimientos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

12 sea notorio al rey que los judíos que subieron de ti, han venido a nosotros a Jerusalem y están reedificando la ciudad rebelde y malvada, y han terminado los muros y están colocando los cimientos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

12 Llegue a conocimiento del rey que los judíos que partieron de tu lado hacia nosotros vinieron a Jerusalén y están reedificando esa rebelde y malvada ciudad; quieren levantar sus murallas y ya han echado los cimientos.

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Esdras 4:12
22 Cross References  

¿Crees tú que las meras palabras son prudencia y fuerza para la guerra? ¿En quién realmente confías para querer rebelarte contra mí?


En su tiempo, Nabucodonosor, rey de Babilonia, se puso en campaña. Joaquim le había estado sujeto durante tres años pero luego se volvió y se rebeló contra él.


Rebelóse asimismo contra Tabucodonosor, al cual había por Dios jurado fidelidad, y endureció su cerviz, y, obstinándose su corazón, no se volvió a Yahvé, el Dios de Israel.


He aquí la copia de la carta que mandaron al rey Artajerjes: “Tus siervos, las gentes del lado de acá del río, etc.


que se investiguen los libros de las historias de tus padres, y en ellos verás que esta ciudad es una ciudad rebelde, funesta para los reyes y sus provincias, y que ya de antiguo se movieron en ella revueltas, habiendo sido por esto destruida.


Por orden mía se hicieron investigaciones, y ha sido hallado que ya de antiguo esa ciudad se rebeló contra los reyes y que se dio a la sedición y a la revuelta.


Vinieron entonces a ellos Tatnaí, gobernador del lado de acá del río; Setar-Boznaí y sus colegas, y les dijeron: “¿Quién os ha dado autorización para levantar esta casa y levantar estos muros?”; y preguntaron: “¿Cuáles son los nombres de los que construyen este edificio ?”


Hemos preguntado a los ancianos y les hemos hablado así: “¿Quién os ha dado autorización para edificar esta casa y levantar estos muros?”


Ellos me respondieron: “Los restos de la cautividad están en la provincia en gran miseria y afrenta. Las murallas de Jerusalén están todavía en ruinas, y sus puertas quemadas por el fuego.”


En ella estaba escrito: “Dicese entre las gentes, y Guesem lo confirma, que tú y los judíos pensáis rebelaros, y que, con este fin, construís las murallas. Según estas mismas informaciones, tú serás su rey. Asimismo se dice


Dijo entonces Aman al rey: “Hay en todas las provincias de tu reino un pueblo, disperso y separado de todos los otros pueblos, que tiene leyes diferentes de las de todos los otros y no guarda las leyes del rey. No conviene a los intereses del rey dejarlos en paz.


encendiendo la cólera de Yahvé contra Jerusalén y contra Judá, hasta hacer que los arrojase de su presencia. Sedecías se rebeló contra el rey de Babilonia.


Con ocasión de esto vinieron algunos caldeos y denunciaron a los judíos.


Sabe, pues, y entiende que desde la salida del oráculo sobre el retorno y edificación de Jerusalén hasta un ungido príncipe habrá siete semanas, y en sesenta y dos semanas se reedificarán plaza y foso en la angustia de los tiempos.


Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos como el ave a su nidada debajo de las alas, y no quisiste!


Pues bien, hemos hallado a este hombre, una peste, que excita a sedición a todos los judíos del orbe y es el jefe de la secta de los nazarenos.


Absteneos hasta de la apariencia de mal.


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