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2 Samuel 14:14 - Biblia Nacar-Colunga

14 Porque todos morimos y somos como agua que se derrama en la tierra, que no puede volver a recogerse; que Dios no hace volver las almas. Medite, pues, el rey cómo el fugitivo no quede arrojado de su presencia.'

Tan-awa ang kapitulo Kopyaha


Dugang nga mga bersyon

Biblia Reina Valera 1960

14 Porque de cierto morimos, y somos como aguas derramadas por tierra, que no pueden volver a recogerse; ni Dios quita la vida, sino que provee medios para no alejar de sí al desterrado.

Tan-awa ang kapitulo Kopyaha

Biblia Nueva Traducción Viviente

14 Todos moriremos algún día. Nuestra vida es como agua derramada en el suelo, la cual no se puede volver a juntar. Pero Dios no arrasa con nuestra vida, sino que idea la manera de traernos de regreso cuando hemos estado separados de él.

Tan-awa ang kapitulo Kopyaha

Biblia Católica (Latinoamericana)

14 Todos estamos condenados a morir: no se recupera el agua que se derrama en el suelo; Dios no hace que vuelvan los muertos. Que el rey, pues, busque los medios para que regrese el que fue exiliado.

Tan-awa ang kapitulo Kopyaha

La Biblia Textual 3a Edicion

14 Pues irremisiblemente hemos de morir, y somos como agua derramada en la tierra, que no puede ser recogida, pero ’Elohim no quita la vida, sino que provee medios para que el desterrado no siga alejado de Él.

Tan-awa ang kapitulo Kopyaha

Biblia Serafín de Ausejo 1975

14 Todos hemos de morir; y como el agua que se derrama en tierra no vuelve a recogerse, así Dios tampoco levanta un cadáver. Piense, pues, sus planes el rey, para no mantener desterrado lejos de él al proscrito.

Tan-awa ang kapitulo Kopyaha




2 Samuel 14:14
31 Cross References  

David dijo al mensajero: “He aquí lo que dirás a Joab: No te apures demasiado por este asunto, porque la espada devora unas veces a uno, otras veces a otro. Refuerza el ataque contra la ciudad y destruyela.” Y alentóle así.


Si he venido yo a decir esto al rey, mi señor, es porque el pueblo me dio miedo” y me dije: “Voy a hablar al rey, a ver si hace lo que su sierva le diga.


Humillaré a la descendencia de David, mas no por siempre.”


Si, muerto, el hombre reviviera, esperaría que pasara el tiempo de mi milicia hasta que llegara la hora del relevo.


Bien sé que me llevas a la muerte, a la casa de reunión de todos los vivientes.


expiraría a una toda carne y el hombre volvería al polvo.


¿Al que no adula a los príncipes ni prefiere el rico al pobre, porque todos son hechura suya?


Abren sus bocas contra mí cual león rapaz y rugiente.


Me derramo como agua; todos mis huesos están dislocados. Mi corazón es como cera, que se derrite dentro de mis entrañas.'


Quiébrales, ¡oh Dios! los dientes en la boca; rompe, ¡oh Yahvé! las quijadas de estos leoncillos.'


“¿Acaso el Señor (nos) rechazará por los siglos y no volverá a sernos de nuevo favorable?


Derramaron como agua su sangre en los alrededores de Jerusalén, sin que hubiese quien les diera sepultura.


La duración de nuestros años es de setenta, y óchenla en los más robustos; pero en su mayor parte no son más que penas y vaciedad, porque pasan veloces, y volamos.'


Haces volver al hombre al polvo, diciendo: “Volved, hijos de Adán!”


pero, si no pretendía herirle, y sólo porque Dios se lo puso ante la mano le hirió, yo le señalaré un lugar donde refugiarse.


pues los vivos saben que han de morir, mas el muerto nada sabe y ya no espera recompensa, habiéndose perdido ya su memoria.


Kaf. — Porque el Señor no desecha para siempre.


¿Quiero yo acaso la muerte del impío, dice el Señor, Yahvé, y no más bien que se convierta de su mal camino y viva?


Confesarán sus iniquidades y las de sus padres por las prevaricaciones con que contra mí prevaricaron,


para los hijos de Israel, para el extranjero y para el que habita en medio de vosotros, para que quien haya matado a alguno sin querer, pueda refugiarse en ellas.


La asamblea librará al homicida del vengador de la sangre, le volverá a la ciudad de asilo donde se refugió, y allí morará hasta la muerte del sumo sacerdote ungido con el óleo sagrado.


porque el homicida debe morar en su ciudad de refugio hasta la muerte del sumo sacerdote, y, muerto ya el sumo sacerdote, podrá retornar a la tierra donde está su posesión.


Enviáronle discípulos suyos con herodianos para decirle: Maestro, sabemos que eres sincero, y que con verdad enseñas el camino de Dios sin darte cuidado de nadie, y que no tienes acepción de personas.


Tomando entonces Pedro la palabra, dijo: En verdad reconozco que no hay en Dios acepción de personas,


pues en Dios no hay acepción de personas.


porque Yahvé, vuestro Dios, es el Dios de dioses, el Señor de los señores, el Dios grande, fuerte y terrible, que no hace acepción de personas ni recibe regalos,


y asi como a los hombres les está establecido morir una vez, y después de esto el juicio,


Y si llamáis Padre al que sin acepción de personas juzga a cada cual según sus obras, vivid con temor todo el tiempo de vuestra peregrinación,


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