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1 Samuel 6:12 - Biblia Nacar-Colunga

12 Las vacas tomaron el camino de Bet Semes y siguieron derechamente por él; iban andando y mugiendo, sin declinar ni a la derecha ni a la izquierda. Los príncipes de los filisteos fueron tras ellas, hasta llegar al territorio de Bet Semes.'

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Dugang nga mga bersyon

Biblia Reina Valera 1960

12 Y las vacas se encaminaron por el camino de Bet-semes, y seguían camino recto, andando y bramando, sin apartarse ni a derecha ni a izquierda; y los príncipes de los filisteos fueron tras ellas hasta el límite de Bet-semes.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

12 Y efectivamente, las vacas, sin desviarse a ningún lado, siguieron directo por el camino hacia Bet-semes, mugiendo por todo el camino. Los gobernantes filisteos las siguieron hasta los límites de Bet-semes.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

12 Inmediatamente las vacas se fueron por el camino a Bet-Semés; seguían su camino mugiendo, sin apartarse a derecha ni a izquierda. Los príncipes de los filisteos las siguieron hasta la frontera con Bet-Semés.

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La Biblia Textual 3a Edicion

12 Y las vacas entonces, tomando la vía recta por el camino de Bet-semes, seguían una misma senda andando y mugiendo, sin apartarse ni a derecha ni a izquierda; y los príncipes de los filisteos fueron tras ellas hasta el límite de Bet-semes.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

12 Las vacas se fueron derechas hacia el camino de Bet Semes y siguieron ese mismo camino; iban dando mugidos, pero sin apartarse a la derecha o a la izquierda. Los príncipes de los filisteos fueron detrás de ellas hasta el límite de Bet Semes.

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1 Samuel 6:12
7 Cross References  

Ben Decar, en Maques, en Salebín, en Betsames, y Elón hasta Betanán;'


y los magos dijeron al faraón: “El dedo de Dios está aquí.” Pero el corazón del faraón se endureció, y, como había dicho Yahvé, no escuchó.


Dijéronle entonces los hijos de Israel: “Iremos por el camino trillado, y si de tus aguas bebo yo y mis ganados, te daremos el precio de ellas; es cosa de nada, sólo con mis pies tocaré tu tierra.”


De Bala se volvía la frontera a occidente, hacia el monte Seir; pasaba por la vertiente septentrional del monte Jarim, que es Quesalón; bajaba a Betsemes y pasaba por Timna;'


Pusieron sobre el carro el arca de Yahvé y el cofre, con las ratas de oro y las figuras de sus tumores.


Las gentes de Bet Semes estaban segando el trigo en el valle, y, alzando los ojos, vieron el arca con gran alegría.


Seguidla con los ojos: si sube por el camino de su tierra hacia Bet Semes, será que Yahvé nos ha infligido tanto mal; si no, sabremos que no ha sido su mano la que nos ha herido y que esto ha sucedido por casualidad.”


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