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1 Corintios 8:4 - Biblia Nacar-Colunga

4 Pues bien, acerca del comer las carnes sacrificadas a los ídolos, sabemos que el ídolo no es nada en el mundo, y que no hay más Dios que uno sólo.

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Dugang nga mga bersyon

Biblia Reina Valera 1960

4 Acerca, pues, de las viandas que se sacrifican a los ídolos, sabemos que un ídolo nada es en el mundo, y que no hay más que un Dios.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 Entonces, ¿qué acerca de comer carne ofrecida a ídolos? Pues sabemos que un ídolo no es en verdad un dios y que hay solo un Dios.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 Entonces, ¿se puede comer carne sacrificada a los ídolos? Sabemos que un ídolo no es nada en realidad y que no hay más Dios que el Unico.

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 Acerca pues, del comer de los sacrificios a los ídolos, sabemos que un ídolo nada es en el mundo, y que ninguno° es Dios, sino uno.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 Pues bien, respecto de comer lo inmolado a los ídolos, sabemos que un ídolo no es nada en el mundo; y que no hay más que un solo Dios.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

4 Y en cuanto a comer de aquello que es sacrificado a los ídolos, sabemos que el ídolo nada es en el mundo, y que no hay más que un solo Dios.

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1 Corintios 8:4
33 Cross References  

Pues que tú eres grande y obras maravillas, tú eres el solo Dios.


¡Oh Yahvé, Dios de Israel, que te sientas entre los querubines! Tú eres el solo Dios de todos los reinos de la tierra. Tú has hecho los cielos y la tierra.


Ahora, Yahvé, Dios nuestro, líbranos de sus manos, y aprendan todos los reinos de la tierra que tú eres el Dios único.


He aquí que no sois nada, y vuestra obra nada. Abominable es quien os elige.


Así dice Yahvé, tu redentor, el que en el seno te formó: Yo soy Yahvé, el que lo ha hecho todo, el que solo despliega los cielos y afirma la tierra. ¿Quién conmigo?


Así habla Yahvé, el rey de Israel, su redentor, Yahvé de los ejércitos: Yo soy el primero y el último y no hay otro Dios fuera de mí.


Así habla Yahvé: La labor de Egipto, y la ganancia de Etiopía, y los sobeos, hombres de elevada estatura, pasarán a ti y serán tuyos, y te seguirán, y te servirán esposados, y se postrarán ante ti, y suplicantes te dirán: Sólo tú tienes un Dios, no hay ningún otro; los dioses no existen ya.'


Soy yo, Yahvé, no es ningún otro; fuera de mí no hay Dios. Yo te he ceñido, aunque no me conocías,'


Pero Yahvé es verdadero Dios, el Dios vivo y Rey eterno. Si El se aira, tiembla la tierra, y todas las naciones son impotentes ante su cólera.


Embrutecióse el hombre sin conocimiento; todo orífice se avergüenza de su ídolo, porque es mentira su estatua fundida i y no hay aliento en ellos,'


Jesús contestó: El primero es: “Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor,


diciendo: “Hombres, ¿qué es lo que hacéis? Nosotros somos hombres iguales a vosotros, y os predicamos para convertiros de estas vanidades al Dios vivo, que hizo el cielo y la tierra, el mar y todo cuanto hay en ellos;'


sino escribirles que se abstengan de las contaminaciones de los ídolos, de la fornicación, de lo ahogado y de sangre.


Asimismo estáis viendo y oyendo que no sólo en Efeso, sino en casi toda el Asia, este Pablo ha persuadido y llevado tras sí una gran muchedumbre, diciendo que no son dioses los hechos por manos de hombres.


Cuanto a lo de las carnes sacrificadas a los ídolos, sabemos que todos tenemos ciencia. Pero la ciencia hincha, sólo la caridad edifica.


Porque si alguno te viere a ti, que tienes ciencia, sentado a la mesa en un santuario de ídolos, en la flaqueza de su conciencia, ¿no se creerá inducido a comer las carnes sacrificadas a los ídolos?


Entonces perecerá por tu ciencia el hermano flaco por quien Cristo murió.


En otro tiempo no conocíais a Dios, y servísteis a los que no son realmente dioses.


un Dios y Padre de todos, que está sobre todos, por todos y en todos.


“¡Señor, Yahvé! Tú has comenzado a mostrar a tu siervo tu grandeza y tu potente brazo; pues ¿qué Dios hay, ni en los cielos ni en la tierra, que pueda hacer las obras que tú haces y tan poderosas hazañas?'


Ved, pues, que yo soy yo, yo solo, y que no hay Dios alguno más que yo. Yo doy la vida, yo doy la muerte; yo hiero, yo sano; no hay nadie que se libre de mi mano.'


A ti se te hicieron ver para que conocieras que Yahvé es en verdad Dios y que no hay otro Dios más que El.


Reconoce, pues, hoy y revuelve en tu corazón que Yahvé sí que es Dios arriba, allá en los cielos, y abajo, aquí sobre la tierra, y que no hay otro sino El.


Oye, Israel: Yahvé, nuestro Dios, es él solo Yahvé.


Al Rey de los siglos, inmortal, invisible, único Dios, el honor y la gloria por los siglos de los siglos. Amén.


Porque uno es Dios, uno también el mediador entre Dios y los hombres, el hombre Cristo Jesús,


el solo Dios, salvador nuestro, por Jesucristo nuestro Señor, sea la gloria, la magnificencia, el imperio y la potestad desde antes de los siglos, ahora y por todos los siglos. Amén.


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