1 (2) Me nace del corazón decir palabras bonitas. ¡Cómo quisiera tener la inspiración de un poeta, y escribirle versos a Su Majestad!
Cantares 1:12 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual Mientras el rey se recuesta, mi perfume esparce su fragancia. Dugang nga mga bersyonBiblia Reina Valera 1960 Mientras el rey estaba en su reclinatorio, Mi nardo dio su olor. Biblia Nueva Traducción Viviente El rey está descansando en su sofá, encantado por la fragancia de mi perfume. Biblia Católica (Latinoamericana) Mientras el Rey estaba en su aposento
se sentía el olor de mi perfume. La Biblia Textual 3a Edicion Ella Mientras el rey está en su reclinatorio,° Mi nardo difunde su fragancia. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Mientras el rey está en su diván, mi nardo exhala su fragancia. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Mientras el rey estaba en su reclinatorio, mi nardo dio su olor. |
1 (2) Me nace del corazón decir palabras bonitas. ¡Cómo quisiera tener la inspiración de un poeta, y escribirle versos a Su Majestad!
5 (6) Tu cabeza sobresale como la cumbre del monte Carmelo; hilos de púrpura parecen tus cabellos; ¡cautivo de tus rizos ha quedado el rey!
»Cuando el rey entró al salón para conocer a los invitados, vio a uno que no estaba bien vestido para la fiesta,
Entonces el rey envió a otros sirvientes con este mensaje: “La comida ya está lista. He mandado preparar la carne de mis mejores terneros. ¡Vengan a la fiesta!”
Entonces yo, el Rey, les diré a los buenos: “¡Mi Padre los ha bendecido! ¡Vengan, participen del reino que mi Padre preparó desde antes de la creación del mundo!
Jesús estaba en el pueblo de Betania, en casa de Simón, el que había tenido lepra. Mientras Jesús comía, llegó una mujer con un frasco de perfume muy caro. Se acercó a él, rompió el frasco y derramó el perfume sobre la cabeza de Jesús.
María, su otra hermana, tomó una botella de un perfume muy caro y perfumó los pies de Jesús. Después los secó con sus cabellos, y toda la casa se llenó con el olor del perfume.
Epafrodito me entregó todo lo que ustedes me enviaron, y fue más que suficiente. La ayuda de ustedes fue tan agradable como el suave aroma de las ofrendas que Dios acepta con agrado.
’Yo estoy a tu puerta, y llamo; si oyes mi voz y me abres, entraré en tu casa y cenaré contigo.