Al director del coro. Sobre lirios. Testimonio. Salmo de Asaf. Oh Pastor de Israel, escucha: Tú, que pastoreas a José como un rebaño, Tú, que estás entronizado sobre los querubines: ¡Resplandece!
Ezequiel 10:6 - La Biblia Textual 3a Edicion Y cuando mandó al varón vestido de lino blanco, diciendo: Toma fuego de adentro de las ruedas, de en medio de los querubines, él entró y se quedó en pie junto a una de las ruedas. Dugang nga mga bersyonBiblia Reina Valera 1960 Aconteció, pues, que al mandar al varón vestido de lino, diciendo: Toma fuego de entre las ruedas, de entre los querubines, él entró y se paró entre las ruedas. Biblia Nueva Traducción Viviente El Señor le dijo al hombre vestido de lino: «Métete entre los querubines y toma algunos carbones encendidos de entre las ruedas». Entonces el hombre entró y se paró junto a una de las ruedas. Biblia Católica (Latinoamericana) Dio esta orden al hombre vestido de lino: 'Saca fuego de entre medio de las ruedas y de los querubines. El hombre se aproximó y se puso al lado de la rueda. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Cuando el hombre vestido de lino recibió la orden de tomar fuego de entre las ruedas, de entre los querubines, entró y se paró junto a la rueda. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y aconteció que, cuando mandó al varón vestido de lino, diciendo: Toma fuego de entre las ruedas, de entre los querubines, él entró, y se paró entre las ruedas. |
Al director del coro. Sobre lirios. Testimonio. Salmo de Asaf. Oh Pastor de Israel, escucha: Tú, que pastoreas a José como un rebaño, Tú, que estás entronizado sobre los querubines: ¡Resplandece!
¡YHVH reina! ¡Tiemblen los pueblos! Se sienta sobre los querubines, ¡Conmuévase la tierra!
Y Él habló al varón vestido de lino blanco, y le dijo: Entra en medio de las ruedas, por debajo de los querubines, y llena tus manos de ascuas de fuego de entre los querubines, y espárcelos sobre la ciudad. Y él entró delante de mi vista.
Y el rumor de las alas de los querubines se oía hasta el atrio exterior, como la voz de ’El-Shadday° cuando habla.
Entonces un querubín extendió su mano por entre los querubines, hacia el fuego que había en medio de ellos, y tomando de este, lo puso en las manos del que estaba vestido de lino blanco, el cual lo tomó y salió.
Estuve mirando hasta que fueron puestos tronos, y se sentó un Anciano de días, cuyo vestido era blanco como la nieve, y cuyos cabellos eran como lana purísima. Su trono era de llamas de fuego, y éste tenía ruedas de fuego abrasador.