para poder rodar en las cuatro direcciones sin tener que girar cuando rodaban.
Ezequiel 10:11 - La Biblia Textual 3a Edicion para poder rodar en las cuatro direcciones sin tener que girar al rodar, pues ya de antemano estaban orientadas en la dirección en que debían rodar, y al avanzar no se volvían. Dugang nga mga bersyonBiblia Reina Valera 1960 Cuando andaban, hacia los cuatro frentes andaban; no se volvían cuando andaban, sino que al lugar adonde se volvía la primera, en pos de ella iban; ni se volvían cuando andaban. Biblia Nueva Traducción Viviente Los querubines podían avanzar de frente en las cuatro direcciones, sin girar mientras se movían. Iban derecho en la dirección que tuvieran frente a ellos y nunca se desviaban. Biblia Católica (Latinoamericana) Podían pues ir sin volverse a los cuatro puntos cardinales, iban sin darse vuelta en la misma dirección hacia donde miraba la cara del querubín. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Cuando andaban, andaban hacia las cuatro direcciones; no giraban al andar, porque caminaban hacia el lugar adonde estaba orientada su cabeza, sin girar al andar. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Cuando andaban, sobre sus cuatro lados andaban; no se volvían cuando andaban, sino que al lugar adonde se volvía la primera, en pos de ella iban; no se volvían cuando andaban. Biblia Traducción en Lenguaje Actual Podían girar en cualquier dirección, sin tener que darse vuelta. Eso permitía que los seres siempre pudieran avanzar de frente. |
para poder rodar en las cuatro direcciones sin tener que girar cuando rodaban.
Iban adondequiera el espíritu los movía, y hacia donde los llevaba el espíritu, las ruedas se alzaban junto con ellos, porque las ruedas llevaban el espíritu de los seres vivientes.
Por debajo de sus alas tenían brazos humanos a los cuatro lados, y los cuatro tenían sus caras y sus alas.
En cuanto a su apariencia, las cuatro tenían una misma semejanza, pero su hechura era como si una rueda estuviera encajada dentro de la otra
La semejanza de sus rostros era la de los rostros que yo había visto junto al río Quebar: su misma apariencia y esencia; y cada uno avanzaba de frente.