Postraránse ante él todos los reyes y le servirán todos los pueblos.
Lucas 4:7 - Biblia Nacar-Colunga si, pues, te postras delante de mí, todo será tuyo. Dugang nga mga bersyonBiblia Reina Valera 1960 Si tú postrado me adorares, todos serán tuyos. Biblia Nueva Traducción Viviente Te daré todo esto si me adoras. Biblia Católica (Latinoamericana) Si te arrodillas y me adoras, todo será tuyo. La Biblia Textual 3a Edicion Si te postras pues y me adoras, será toda tuya. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Si te postras delante de mí, todo eso será tuyo'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Si tú, pues, me adorares, todos serán tuyos. |
Postraránse ante él todos los reyes y le servirán todos los pueblos.
Así habla Yahvé: La labor de Egipto, y la ganancia de Etiopía, y los sobeos, hombres de elevada estatura, pasarán a ti y serán tuyos, y te seguirán, y te servirán esposados, y se postrarán ante ti, y suplicantes te dirán: Sólo tú tienes un Dios, no hay ningún otro; los dioses no existen ya.'
Aquéllos sacan oro de la bolsa, pesan la plata en la balanza, pagan al orfebre y hacen un dios, se postran y le adoran,
y, entrados en la casa, vieron al niño con María, su madre, y de hinojos le adoraron, y, abriendo sus cofres le ofrecieron dones: oro, incienso y mirra.
y cayendo a sus pies, rostro en tierra, le daba las gracias. Era un samaritano.
y le dijo el diablo: Todo este poder y su gloria te daré, pues a mí me ha sido entregado, y a quien quiero se lo doy;'
Jesús, respondiendo, le dijo: Está escrito: “Al Señor tu Dios adorarás y a El sólo servirás.”
Cuando vio a Jesús, gritando se postró ante El, y en alta voz dijo: ¿Qué hay entre mí y ti, Jesús, Hijo de Dios Altísimo? Te pido que no me atormentes.
Y yo, Juan, oí y vi estas cosas. Cuando las oí y vi, caí de hinojos para postrarme a los pies del ángel que me las mostraba.
los veinticuatro ancianos caían delante del que está sentado en el trono, y se postraban ante el que vive por los siglos de los siglos, y arrojaban sus coronas delante del trono, diciendo:
Y cuando lo hubo tomado, los cuatro vivientes y los veinticuatro ancianos cayeron delante del Cordero, teniendo cada uno su cítara y copas de oro llenas de perfumes, que son las oraciones de los santos.