E inclinándose de nuevo, escribía en tierra.
E inclinándose de nuevo hacia el suelo, siguió escribiendo en tierra.
Luego volvió a inclinarse y siguió escribiendo en el polvo.
Se inclinó de nuevo y siguió escribiendo en el suelo.
E inclinándose otra vez, seguía escribiendo en el suelo.
Y volviéndose a inclinar hacia el suelo, escribía en tierra.
tomará del agua santa en una vasija de barro, y, cogiendo un poco de la tierra del suelo del tabernáculo, la echará en el agua.
Como ellos insistieron en preguntarle, se incorporó y les dijo: El que de vosotros esté sin pecado, arrójele la piedra el primero.
Ellos que le oyeron fueron saliéndose uno a uno, comenzando por los más ancianos, y quedó El solo, y la mujer en medio.