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Juan 11:51 - Biblia Nacar-Colunga

No dijo esto de sí mismo, sino que, como era pontífice aquel año, profetizó que Jesús había de morir por el pueblo,

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Biblia Reina Valera 1960

Esto no lo dijo por sí mismo, sino que como era el sumo sacerdote aquel año, profetizó que Jesús había de morir por la nación;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

No dijo eso por su propia cuenta; como sumo sacerdote en aquel tiempo, fue guiado a profetizar que Jesús moriría por toda la nación.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Estas palabras de Caifás no venían de sí mismo, sino que, como era sumo sacerdote aquel año, profetizó en aquel momento; Jesús iba a morir por la nación;'

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La Biblia Textual 3a Edicion

Pero esto no lo dijo por sí mismo, sino que, siendo sumo sacerdote de aquel año, profetizó que Jesús iba a morir por la nación;

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Pero esto no lo dijo por su cuenta; sino que, como era sumo sacerdote aquel año, profetizó que Jesús iba a morir por la nación,

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y esto no lo dijo de sí mismo; sino que como era el sumo sacerdote aquel año, profetizó que Jesús había de morir por la nación;

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Juan 11:51
23 Cross References  

Pondrás también en el pectoral del juicio los “urim” y los “tummim” para que estén sobre el corazón de Aarón cuando se presente ante Yahvé, y lleve así constantemente sobre su corazón ante Yahvé el juicio de los hijos de Israel.”


Después de las sesenta y dos semanas será muerto un ungido, sin que tenga culpa. Y destruirá la ciudad y el santuario el pueblo de un príncipe que ha de venir, y su fin será en una inundación, y hasta el fin de la guerra están decretadas desolaciones.


Abrió entonces Yahvé la boca del asna, que dijo a Balaam: “¿Qué te he hecho yo para que por tres veces me hayas fustigado ?”


y, alzando los ojos, vio a Israel, acampado, tribu por tribu. Vino sobre él el espíritu de Yahvé,


así como el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y dar su vida en redención de muchos.


Uno de ellos, Caifas, que era sumo sacerdote aquel año, les dijo: Vosotros no sabéis nada.


Y le condujeron primero a Anas, porque era suegro de Caifas, pontífice aquel año.


Y si teniendo el don de profecía, y conociendo los misterios todos, y toda la ciencia, y tanta fe que trasladase los montes, no tengo caridad, no soy nada.


A quien no conoció el pecado, le hizo pecado por nosotros, para que en El fuéramos justicia de Dios.


Cristo nos redimió de la maldición de la Ley haciéndose por nosotros maldición, pues escrito está: “Maldito todo el que es colgado del madero,”


Llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que, muertos al pecado, viviéramos para la justicia, y por sus heridas hemos sido curados.


Porque también Cristo murió una vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios. Murió en la carne, pero volvió a la vida por el Espíritu


pero David supo el mal designio que contra él tramaba Saúl y dijo al sacerdote Abiatar: “Trae el efod”;'


Consultó a Yahvé, pero Yahvé no le respondía ni por sueños, ni por los “urim,” ni por profetas,