Online nga Bibliya

Mga paanunsiyo


Ang tibuok bibliya Daang Tugon Bag-ong Tugon




Cantares 3:3 - Biblia Nacar-Colunga

Encontráronme los centinelas que hacen la ronda en la ciudad: ¿Habéis visto al amado de mi alma?

Tan-awa ang kapitulo
Ipakita Interlinear Bible

Dugang nga mga bersyon

Biblia Reina Valera 1960

Me hallaron los guardas que rondan la ciudad, Y les dije: ¿Habéis visto al que ama mi alma?

Tan-awa ang kapitulo

Biblia Nueva Traducción Viviente

Los guardias me detuvieron mientras hacían sus rondas, y yo les pregunté: «¿Han visto ustedes al hombre que amo?».

Tan-awa ang kapitulo

Biblia Católica (Latinoamericana)

Me encontraron los centinelas, esos que andan de ronda por la ciudad.

Tan-awa ang kapitulo

La Biblia Textual 3a Edicion

Me hallaron los guardas que rondan la ciudad. ¿Habéis visto al que ama mi alma?

Tan-awa ang kapitulo

Biblia Serafín de Ausejo 1975

Tropecé con los guardias, los que rondan la ciudad. ¿Habéis visto al amado de mi alma?

Tan-awa ang kapitulo

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Me hallaron los guardas que rondan la ciudad, y les dije: ¿Habéis visto al que ama mi alma?

Tan-awa ang kapitulo
Ubang mga hubad



Cantares 3:3
10 Cross References  

Dime tú, amado de mi alma: ¿Dónde pastoreas, dónde sesteas al mediodía? no venga yo a extraviarme tras de los rebaños de tus compañeros.


Encontráronme los centinelas que rondan la ciudad, me golpearon, me hirieron. Me quitaron mi velo los centinelas de las murallas. Esposa.


Mis guardianes son ciegos todos8, no entienden nada. Todos son perros mudos, que no pueden ladrar; soñadores, se acuestan, son amigos de dormir.'


Sobre tus murallas, ¡oh Jerusalén! he puesto centinelas, que no callarán ni de día ni de noche. Vosotros, los que hacéis que se acuerde Yahvé, no os calléis,


Hijo de hombre, yo te he dado por atalaya a la casa de Israel. Tú oirás las palabras de mi boca y de mi parte los amonestarás.


Díjole Jesús: Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas? Ella, creyendo que era el hortelano, le dijo: Señor, si lo has llevado tú, dime dónde lo has puesto, y yo lo tomaré.


Obedeced a vuestros pastores y estadles sujetos, que ellos velan sobre vuestras almas, como quien ha de dar cuenta de ellas, para que lo hagan con alegría y sin gemidos, que esto sería para vosotros poco venturoso.