Todavía estaba hablándoles, cuando ya el rey llegó a él y le dijo: “De Yahvé ciertamente nos ha venido este mal. ¿Tendré yo todavía que esperar más de Yahvé?”
Apocalipsis 16:9 - Biblia Nacar-Colunga Eran abrasados los hombres con grandes ardores, y blasfemaban el nombre de Dios que tiene poder sobre estas plagas; pero no se arrepintieron para darle gloria.' Dugang nga mga bersyonBiblia Reina Valera 1960 Y los hombres se quemaron con el gran calor, y blasfemaron el nombre de Dios, que tiene poder sobre estas plagas, y no se arrepintieron para darle gloria. Biblia Nueva Traducción Viviente Todos sufrieron quemaduras debido a la descarga de calor y maldijeron el nombre de Dios, quien tenía control sobre todas estas plagas. No se arrepintieron de sus pecados ni se volvieron a Dios ni le dieron la gloria. Biblia Católica (Latinoamericana) Los hombres fueron abrasados y empezaron a insultar a Dios, que tiene poder sobre tales plagas, en vez de reconocerle y darle gloria. La Biblia Textual 3a Edicion Y los hombres se abrasaron con el intenso calor, y blasfemaron el nombre de Dios, que tiene el poder sobre estas plagas, y no se arrepintieron para darle gloria. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Y quedaron abrasados los hombres con fuego intenso. Blasfemaron entonces del nombre de Dios, que tiene potestad sobre estas plagas, pero no se convirtieron para darle gloria. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y los hombres se quemaron con el gran calor, y blasfemaron el nombre de Dios, que tiene potestad sobre estas plagas, y no se arrepintieron para darle gloria. |
Todavía estaba hablándoles, cuando ya el rey llegó a él y le dijo: “De Yahvé ciertamente nos ha venido este mal. ¿Tendré yo todavía que esperar más de Yahvé?”
A pesar de verse en gran aprieto, el rey Ajaz seguía pecando contra Yahvé;'
¿A qué castigaros todavía, si aún os vais a rebelar? Toda la cabeza está enferma; el corazón todo, lánguido.'
Tribulación y hambre invadirán la tierra, y, enfurecidos por el hambre, maldecirán a su rey y a su Dios.
Y al cabo de muchos días me dijo Yahvé: Levántate y ve al Ferat y recoge de allí la faja que te mandé esconder allí.
¿No es la fidelidad, ¡oh Yahvé! lo que buscan tus ojos? Los has castigado, no se han dolido; los destruíste, pero rehusaron aceptar la corrección; tienen la cara más dura que una piedra, no quieren convertirse.'
Es execrable tu suciedad; yo he querido limpiarte, pero no te limpiaste. No quedarás purificada de tu suciedad hasta que no derrame yo mi fuego sobre ti.'
Yo os digo que no, y que, si no hiciereis penitencia, todos igualmente pereceréis.
Os digo que no, y que, si no hiciereis penitencia, todos igualmente pereceréis.
que al llegar de nuevo a vosotros sea de Dios humillado a causa vuestra, y tenga que llorar por muchos de los que antes pecaron y no hicieron penitencia de su impureza, de su fornicación y de su lascivia.
Josué dijo a Acán: “Hijo mío, anda, da gloria a Yahvé, Dios de Israel, y ríndele honor. Confiésame lo que has hecho, no me lo ocultes.”
En aquella hora se produjo un gran terremoto, y vino al suelo la décima parte de la ciudad, y perecieron en el terremoto hasta siete mil seres humanos, y los restantes quedaron llenos de espanto, y dieron gloria al Dios del cielo.
diciendo a grandes voces: Temed a Dios y dadle gloría, porque llegó la hora de su juicio, y adorad al que ha hecho el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas.
Una granizada grande, como de un talento, cayó del cielo sobre los hombres, y blasfemaron los hombres contra Dios por la plaga del granizo, porque era grande en extremo su plaga.
Yo le he dado tiempo para que se arrepintiese; pero no quiere arrepentirse de su fornicación,'
El resto de los hombres que no murió de estas plagas no se arrepintieron de las obras de sus manos, dejando de adorar a los demonios, a los ídolos de oro y de plata, de bronce y de piedra y de madera, los cuales ni pueden ver, ni oír, ni andar;'