No me desvié del mandato de sus labios, oculté en mi seno las palabras de su boca.
Apocalipsis 10:9 - Biblia Nacar-Colunga Fuime hacia el ángel, diciendo que me diese el librito. El me respondió: Toma y cómelo, y amargará tu vientre, mas en tu boca será dulce como la miel. Dugang nga mga bersyonBiblia Reina Valera 1960 Y fui al ángel, diciéndole que me diese el librito. Y él me dijo: Toma, y cómelo; y te amargará el vientre, pero en tu boca será dulce como la miel. Biblia Nueva Traducción Viviente Así que me acerqué al ángel y le dije que me diera el pequeño rollo. Él me dijo: «Sí, tómalo y cómelo. Será dulce como la miel en tu boca, ¡pero se volverá amargo en tu estómago!». Biblia Católica (Latinoamericana) Me acerqué al ángel y le dije que me diera el librito. Me respondió: 'Toma, cómetelo; en tu boca será dulce como la miel, pero te producirá acidez en el estómago. La Biblia Textual 3a Edicion Y fui hacia el ángel, diciéndole que me diera el pequeño rollo. Y me dice: Toma, y devóralo,° y te amargará el vientre, pero en tu boca será dulce como la miel. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Me acerqué al ángel y le dije que me diera el pequeño rollo. Y me dice: 'Toma y devóralo. Amargará tu vientre, pero en tu boca será dulce como miel'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y fui al ángel, y le dije: Dame el librito; y él me dijo: Toma, y cómetelo; y te amargará tu vientre, pero en tu boca será dulce como la miel. |
No me desvié del mandato de sus labios, oculté en mi seno las palabras de su boca.
de parte de los que desprecian tus palabras. Consúmelos. Eran para mí tus palabras el gozo y la alegría de mi corazón, porque yo llevo tu nombre, ¡oh Yahvé, Dios de los ejércitos !
Tú, hijo de hombre, escucha lo que yo te digo, no seas tú también rebelde, como la casa rebelde/Abre la boca y come lo que te presento.
Entonces me alzó el espíritu y me arrebató. Yo andaba amargado y malhumorado en mi alma, pero fue sobre mí la mano de Yahvé, que me confortó. Llegué así a los deportados de Tel-Abib, que habitaban en la ribera del río Kebar, a la región donde moraban, y estuve entre ellos atónito durante siete días.
Tomé el librito de mano del ángel, y me puse a comerlo, y era en mi boca como miel dulce; pero cuando lo hube comido sentí amargadas mis entrañas.'