pero vino Dios a Abimelec en sueños durante la noche, y le dijo: “Mira que vas a morir por la mujer que has tomado, pues tiene marido.”
2 Samuel 12:10 - Biblia Nacar-Colunga Por eso no se apartará ya de tu casa la espada, por haberme menospreciado, tomando por mujer a la mujer de Urías, jeteo. Dugang nga mga bersyonBiblia Reina Valera 1960 Por lo cual ahora no se apartará jamás de tu casa la espada, por cuanto me menospreciaste, y tomaste la mujer de Urías heteo para que fuese tu mujer. Biblia Nueva Traducción Viviente De ahora en adelante, tu familia vivirá por la espada porque me has despreciado al tomar a la esposa de Urías para que sea tu mujer”. Biblia Católica (Latinoamericana) Por eso, la espada ya no se apartará más de tu casa, porque me despreciaste y tomaste a la mujer de Urías el hitita para hacerla tu propia mujer. La Biblia Textual 3a Edicion Por lo cual ahora no se apartará de tu casa la espada, por cuanto me has despreciado, y has tomado la mujer de Urías heteo para que sea tu mujer. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pues bien, ya no se apartará nunca la espada de tu casa, porque me has despreciado y has tomado por esposa a la mujer de Urías, el hitita. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Por lo cual ahora la espada jamás se apartará de tu casa; por cuanto me menospreciaste, y tomaste la esposa de Urías heteo para que fuese tu esposa. |
pero vino Dios a Abimelec en sueños durante la noche, y le dijo: “Mira que vas a morir por la mujer que has tomado, pues tiene marido.”
porque David había hecho lo recto a los ojos de Yahvé y no se había apartado de ninguno de sus mandamientos durante toda su vida, fuera de lo de Urías el jeteo.
El que devuelve mal por bien no verá alejarse la desventura de su casa.
Los altos de Isaac serán devastados, y destruidos los santuarios de Israel. Me alzaré con la espada contra la casa de Jeroboam.
la comeréis todo un mes, hasta que se os salga por las narices y os produzca náuseas, por haber menospreciado a Yahvé, que está en medio de vosotros, y haber llorado, diciendo: ¿Por qué hemos salido de Egipto?”
Jesús entonces le dijo: Vuelve tu espada a su vaina, pues quien toma la espada, a espada morirá.
Nadie puede servir a dos señores, pues o bien aborreciendo al uno, menospreciará al otro, o bien adhiriéndose al uno menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas.
¿O es que desprecias las riquezas de su bondad, paciencia y longanimidad, desconociendo que la bondad de Dios te atrae a penitencia?
Por tanto, quien estos preceptos desprecia no desprecia al hombre, sino a Dios, que os dio su Espíritu Santo.
Por eso he aquí lo que dice Yahvé, Dios de Israel: Yo había dicho y repetido a tu casa y a la casa de tu padre que ministraríais ante mí por siempre; pero ahora dice Yahvé: Lejos de mí eso, porque yo honro a los que me honran y desprecio a los que me desprecian.'