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Lucas 24:44 - Versión Biblia Libre

44 Entonces Jesús les dijo: “Esto es lo que les explicaba cuando aún estaba con ustedes. Todo lo que estaba escrito sobre mí en la ley de Moisés, los profetas y los salmos, tenía que cumplirse”.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

44 Y les dijo: Estas son las palabras que os hablé, estando aún con vosotros: que era necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

44 Entonces dijo: «Cuando estaba con ustedes antes, les dije que tenía que cumplirse todo lo escrito acerca de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los Salmos».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

44 Jesús les dijo: 'Todo esto se lo había dicho cuando estaba todavía con ustedes; tenía que cumplirse todo lo que está escrito en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos referente a mí.

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La Biblia Textual 3a Edicion

44 y les dijo: Estas son mis palabras, que os hablé estando aún con vosotros: que tenían que cumplirse todas las cosas que habían sido escritas acerca de mí en la ley de Moisés, y en los profetas, y en los salmos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

44 Después les dijo: 'Éstas son las palabras que yo os dije cuando todavía estaba con vosotros: tiene que cumplirse todo lo que está escrito acerca de mí en la ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos'.

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Lucas 24:44
88 Referencias Cruzadas  

Melquisedec, rey de Salem, trajo pan y vino. Él era sacerdote del Dios Altísimo.


Y todas las naciones de la tierra serán benditas por tus descendientes porque tú me obedeciste”.


Me aseguraré de que tú y tus hijos, así como la mujer y sus hijos sean enemigos. Uno de sus hijos aplastará tu cabeza, y tú herirás su talón”.


Judá siempre sostendrá el cetro, y el bastón de la autoridad estará siempre a sus pies hasta que venga Siloé; las naciones le obedecerán.


La piedra rechazada por los constructores ha llegado a ser la piedra angular.


En consecuencia, escuchen lo que dice el Señor Dios: ¡Mira! Estoy colocando una piedra fundamental en Jerusalén, una piedra fuerte y bien probada. Es una piedra angular valiosa que proporciona un fundamento firme. El que confía en ella no quedará suelto.


Mira: mi siervo actuará con sabiduría; será muy alabado, será elevado en su posición y visto como alguien a quien la gente admira.


Por eso el Señor mismo les dará una señal. ¡Miren! Una virgen quedará embarazada y dará a luz un hijo, al que llamará Emanuel.


Porque nos nacerá un niño, se nos dará un hijo. Él llevará la responsabilidad de gobernar. Se llamará Consejero maravilloso, Dios poderoso, Padre eterno, Príncipe de la paz.


Mira, se acerca el momento, declara el Señor, en que elegiré a un descendiente de David que haga lo correcto. Como rey gobernará con sabiduría y hará lo que es justo y correcto en todo el país.


¡Mira! Se acerca el momento, dice el Señor, en que cumpliré mi promesa de hacer el bien al pueblo de Israel y de Judá.


“Esto es lo que dice el Señor: Voy a arrancar una rama de la copa alta del cedro y la plantaré en la cima de un monte alto.


Pondré a un solo pastor a cargo de ellas, mi siervo David, y él las cuidará. Él las cuidará y será su pastor.


“Durante el tiempo de estos reyes el Dios del cielo establecerá un reino eterno que nunca será destruido ni tomado por otros. Aplastará todos estos reinos, poniéndoles fin, y durará para siempre,


Mientras seguía observando en mi visión que tuve aquella noche, vi a uno como un hijo de hombre que venía con las nubes del cielo. Se acercó al Anciano de los Días y fue conducido a su presencia.


Después de esto, el pueblo de Israel volverá y se dedicará al Señor su Dios y al linaje de David, su rey. En los últimos días vendrán con asombro y reverencia por el Señor y su bondad.


Ese día yo restauraré el reino caído de David. Repararé las brechas en sus muros, reconstruiré las ruinas, y quedará como antes.


Yo enviaré un espíritu de gracia y oración en la casa de David y sobe los habitantes de Jerusalén. Ellos mirarán al que han atravesado, y se lamentarán sobre él, como quien guarda luto por su único hijo, llorando amargamente por su romogénito.


¡Levántate, espada mía! ¡Ataca a mi pastor, al hombre que ha estado junto a mi! declara el Señor. Golpea al pastor y las ovejas serán dispersas, y yo levantaré mi mano contra los corderos.


Ese día, sus pies estarán sobre el monte de los olivos, que da la cara a Jerusalén, hacia el Este. El Monte de los Olivos se partirá en dos, la mitad hacia el norte, y la otra mitad hacia el sur, creando un valle amplio de Este a Oeste.


Y dile que esto es lo que dice el Señor: ¡Miren! El hombre que se llama La Rama crecerá de donde viene y construirá el Templo del Señor.


Estén felices y celebren, pueblo de Sión! ¡Grita, pueblo de Jerusalén! Mira, tu rey viene hacia ti. Él hace lo recto y trae la salvación; es humilde, viene montado sobre un asno—en realidad sobre un potro, que es la cría de un asno.


El Señor le dijo a Moisés: “Haz una maqueta de una serpiente y ponla en un palo. Cuando alguien que haya sido mordido la mire, vivirá”.


El tribunal debe proteger al asesino de ser atacado por el vengador y debe devolverlo a la ciudad santuario a la que corrió, y debe permanecer allí hasta la muerte del sumo sacerdote, que fue ungido con el óleo santo.


Y todo esto ocurrió para cumplir lo que el Señor dijo a través del profeta:


A partir de entonces Jesús comenzó a explicarle a sus discípulos que él tendría que ir a Jerusalén, y que sufriría terriblemente en manos de los ancianos, de los jefes de los sacerdotes y de los maestros religiosos, y que lo matarían, pero que él se levantaría otra vez al tercer día.


Pero entonces ¿cómo podría cumplirse la Escritura que dice que esto debe ocurrir?”


Pero todo esto está ocurriendo para que se cumpla lo que escribieron los profetas”. Entonces todos los discípulos lo abandonaron y huyeron.


porque estaba enseñándole a sus discípulos. “El Hijo del hombre será entregado a las autoridades humanas”, les dijo. “Ellos lo matarán, pero tres días después se levantará de nuevo”.


Porque estos son días de castigo, cumpliendo todo lo que está escrito.


Les digo que esta declaración de las Escrituras debe cumplirse: ‘Él fue contado con los malvados’. Lo que se dijo sobre mí ahora se está cumpliendo”.


Y les dijo: “Así estaba escrito, que el Mesías sufriría y se levantaría en el tercer día de entre los muertos, y que en su nombre


“El Hijo del hombre tendrá que experimentar horribles sufrimientos”, dijo. “Será rechazado por los ancianos, por los jefes de los sacerdotes, y por los maestros religiosos. Lo matarán, pero el tercer día se levantará de nuevo”.


“Escuchen con atención lo que les digo: el Hijo del hombre está a punto de ser entregado en manos de hombres”.


Del mismo modo que Moisés levantó la serpiente en el desierto, así debe ser levantado el Hijo del hombre,


“Ustedes examinan las Escrituras porque piensan que a través de ellas obtendrán la vida eterna. ¡Pero la evidencia que ellas dan está a mi favor!


Pues si ustedes realmente creyeran en Moisés, creerían en mí, porque él escribió acerca de mí.


que ahora ha cumplido en nuestro favor al levantar a Jesús de los muertos. Tal como está escrito en el libro de Salmos 2: ‘Tú eres mi Hijo, y hoy me he convertido en tu Padre’.


Asegúrense de que no les suceda lo que dijeron los profetas:


Pues tú no dejarás mi alma entre los muertos ni permitirás que tu Santo se pudra en la tumba.


Pero Dios cumplió lo que había prometido: que su Mesías iba a sufrir.


Este es el mismo Moisés que le prometió a los israelitas: ‘Dios les enviará un profeta como yo proveniente de su propio pueblo’.


La ley es apenas una sombra de las cosas buenas que vendrían, y no de la realidad como tal. De modo que no podía justificar a los que venían a adorar a Dios por medio de sacrificios repetitivos que se ofrecían cada año.


Y como siervo, Moisés fue fiel en la casa de Dios. Él nos dio evidencia de lo que sería anunciado después.


Melquisedec fue rey de Salem y sacerdote del Dios Supremo. Conoció a Abrahán, quien venía de regreso después de haber derrotado a los reyes, y lo bendijo.


Con esto, el Espíritu Santo indicaba que el camino al verdadero Lugar Santísimo no se había revelado mientras aún existía el primer tabernáculo.


Trataton de descubrir cuándo y cómo esto sucedería, porque el Espíritu de Cristo dentro de ellos hablaba de manera clara sobre los sufrimientos de Cristo y la gloria que vendría.


Entonces caí postrado a sus pies para adorarlo. Y me dijo: “¡No lo hagas! Yo soy un siervo de Dios, como lo eres tú, y como los que aceptan el testimonio de Jesús. Adora a Dios, porque el testimonio de Jesús es el espíritu profético”.


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