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Lucas 22:42 - Versión Biblia Libre

42 “Padre”, oraba él, “si es tu voluntad, por favor quita de mí esta copa de sufrimiento. Pero quiero hacer lo que tú quieras, no lo que yo quiero”.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

42 diciendo: Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

42 «Padre, si quieres, te pido que quites esta copa de sufrimiento de mí. Sin embargo, quiero que se haga tu voluntad, no la mía».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

42 con estas palabras: 'Padre, si quieres, aparta de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.

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La Biblia Textual 3a Edicion

42 diciendo: Padre, si quieres, aparta de mí esta copa, pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

42 así: '¡Padre, si quieres, aparta de mí este cáliz! Sin embargo, no se haga mi voluntad, sino la tuya'. [

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Lucas 22:42
21 Referencias Cruzadas  

Dios mío, estoy feliz de hacer tu voluntad, tu ley guía mis pensamientos”.


¡Despierta, despierta! ¡Levántate, Jerusalén! Has bebido de la copa de la ira del Señor que te entregó. La has apurado hasta el fondo de la copa, la bebida que hace tambalear a la gente.


Esto es lo que dice tu Señor, tu Dios, que defiende la causa de su pueblo: Mira, te he quitado la copa que te hacía tambalear. Nunca más tendrás que beber de esa copa, la copa de mi ira.


Esto es lo que me dijo el Señor, el Dios de Israel: Toma esta copa que te entrego. Contiene el vino de mi ira. Debes hacer que todas las naciones que te envío beban de ella.


Entonces Jesús oró: “Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas de las mentes de los inteligentes y sabios. Por el contrario, las has revelado a personas comunes.


¡Sí, Padre, te complaciste en hacerlo así!


“No sabes lo que estás pidiendo”, le dijo Jesús. “¿Pueden ustedes beber la copa que yo estoy a punto de beber?” . “Sí podemos”, le dijeron.


Entonces se fue un poco más lejos, se postró sobre su rostro y oró. “Padre mío, por favor, si es posible, quítame esta copa de sufrimiento”, pidió Jesús. “Aun así, que no sea lo que yo quiero sino lo que tu quieres”.


Entonces se fue por segunda vez y oró. “Padre mío, si no puedes quitarme esta copa sin que yo la beba, entonces se hará tu voluntad”, dijo.


Entonces los dejó allí una vez más y se fue y oró por tercera vez, repitiendo las mismas cosas.


Venga tu reino. Que tu voluntad sea hecha en la tierra como se hace en el cielo.


“¡Abba, Padre! Tú puedes hacerlo todo”, decía. “Por favor, quítame esta copa de sufrimiento. Pero que no sea como yo quiero, sino como tú quieres”.


Luego Jesús dijo: “Padre, por favor, perdónalos porque no saben lo que hacen”. Y ellos dividieron su ropa, lanzando el dado sobre ella.


Jesús le dijo a Pedro: “¡Guarda esa espada! ¿Crees que no debo beber la copa que mi Padre me ha dado?”


Jesús les explicó: “Mi comida es hacer la voluntad de Aquél que me envió y completar su obra.


Yo no puedo hacer nada por mi propia cuenta. Juzgo basándome en lo que se me dice, y mi decisión es justa, porque no estoy haciendo mi propia voluntad sino la voluntad de Aquél que me envió.


Porque yo no descendí del cielo para hacer mi voluntad sino la voluntad del que me envió.


Y como no pudo ser persuadido de lo contrario, nos dimos por vencidos y dijimos: “Que se haga la voluntad del Señor”.


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