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Levítico 7:2 - Versión Biblia Libre

2 La ofrenda de culpa debe ser matada donde se mata el holocausto, y el sacerdote rociará su sangre a todos los lados del altar.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

2 En el lugar donde degüellan el holocausto, degollarán la víctima por la culpa; y rociará su sangre alrededor sobre el altar.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 El animal sacrificado como ofrenda por la culpa se debe matar en el lugar donde se matan las ofrendas quemadas, y su sangre debe ser salpicada por todos los lados del altar.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 La víctima por el delito se sacrificará en el mismo lugar donde se sacrifica la víctima del holocausto y su sangre será derramada en el altar y en su derredor.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 En el lugar donde se inmola el holocausto, degollarán la víctima por la culpa, y él° rociará su sangre sobre el altar en derredor.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 El sacrificio de reparación se inmolará en el lugar donde se inmola el holocausto y su sangre se derramará por todos los lados del altar.

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Levítico 7:2
22 Referencias Cruzadas  

Sorprenderá a muchas naciones, y los reyes callarán a causa de él, porque verán lo que no se les ha dicho, y entenderán lo que no habían oído.


También derramaré sobre ti agua pura, y quedarás limpio. Te lavaré de toda tu impureza y de todos tus ídolos.


Dentro del pórtico de la puerta había dos mesas a ambos lados, donde se sacrificaban los animales para los holocaustos, las ofrendas por el pecado y las ofrendas por la culpa.


Debes matarlo en el lado norte del altar en presencia del Señor, y los hijos de Aarón, los sacerdotes, deben tomar la sangre y rociarla en todos los lados del altar.


“Si tu ofrenda es una ofrenda quemada de un rebaño de ganado, debe ofrecer un macho sin ningún defecto. Llévalo a la entrada del Tabernáculo de Reunión para que sea aceptado por el Señor.


Debes matar el toro en presencia del Señor, y los hijos de Aarón, los sacerdotes, deben tomar la sangre y rociarla por todos los lados del altar a la entrada del Tabernáculo de Reunión.


“Luego degollará el cordero cerca del santuario donde se degüella la ofrenda por el pecado y el holocausto. La ofrenda por el pecado y la ofrenda por la culpa pertenecen al sacerdote; es muy sagrada.


Pon tu mano en la cabeza de la ofrenda y mátala a la entrada del Tabernáculo de Reunión. Entonces los hijos de Aarón los sacerdotes rociarán la sangre por todos los lados del altar.


Pon tu mano en la cabeza de la ofrenda y mátala delante del Tabernáculo de Reunión. Entonces los hijos de Aarón los sacerdotes rociarán la sangre a todos los lados del altar.


Debe poner su mano en la cabeza del cabrito y matarlo en el lugar donde se presenta la ofrenda quemada ante el Señor. Es una ofrenda por el pecado.


Debe poner su mano en la cabeza de la ofrenda por el pecado y matarla en el lugar del holocausto.


Debe poner su mano en la cabeza de la ofrenda por el pecado y matarla como ofrenda por el pecado en el lugar donde se hace el holocausto.


En cuanto a cualquier requisito sagrado que no hayas aportado, debes pagar una compensación añadiéndole un quinto de su valor y luego dárselo al sacerdote, que lo arreglará con el carnero como ofrenda por la culpa, y serás perdonado.


Si no te alcanza para comprar un cordero, puedes ofrecer al Señor como compensación por tu pecado dos tórtolas o dos palomas jóvenes, una como ofrenda por el pecado y otra como holocausto.


Luego debe rociar parte de la sangre de la ofrenda por el pecado en el lado del altar mientras el resto de la sangre es derramada en la base del altar. Es una ofrenda por el pecado.


“Dile a Aarón y a sus hijos que estas son las normas para la ofrenda por el pecado. La ofrenda por el pecado debe ser matada donde el holocausto es matado ante el Señor, y es muy sagrada.


Así es como el sacerdote te hará justicia ante el Señor, y se te perdonarán todos los pecados que hayas cometido y de los que seas culpable”.


Deben volver a dedicarse al Señor por el tiempo completo que prometieron originalmente y traer un cordero macho de un año como ofrenda por la culpa. Los días anteriores no cuentan para el tiempo de dedicación porque se volvieron inmundos.


Por fe en Dios, Moisés observó la Pascua y la aspersión de la sangre en los dinteles, para que el ángel destructor no tocara a los israelitas.


Han venido a Jesús, quien participa con nosotros de esta nueva relación de pacto; han venido a la sangre esparcida que tiene más valor que la de Abel.


Ustedes fueron elegidos por Dios, el Padre, en su sabiduría, y son un pueblo santo por el Espíritu, que obedece a Jesucristo y que está rociado con su sangre. Tengan gracia y paz cada vez más.


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