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Juan 20:28 - Versión Biblia Libre

28 “¡Mi señor y mi Dios!” respondió Tomás.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

28 Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío!

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Biblia Nueva Traducción Viviente

28 —¡Mi Señor y mi Dios! —exclamó Tomás.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

28 Tomás exclamó: 'Tú eres mi Señor y mi Dios.

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La Biblia Textual 3a Edicion

28 Respondió Tomás y le dijo: ¡Señor mío y Dios mío!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

28 Tomás le respondió: '¡Señor mío y Dios mío!'.

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Juan 20:28
22 Referencias Cruzadas  

Que el rey te desea por tu hermosura; respétalo, porque él es tu Señor.


Tu trono viene de Dios, y permanecerá para siempre. El cetro con el que gobiernas es un cero de justicia.


En ese momento su pueblo dirá: “¡Mira! Este es nuestro Dios; hemos confiado en él y nos ha salvado. Este es el Señor que buscábamos. Ahora podemos alegrarnos y celebrar la salvación que nos trae”.


Por eso el Señor mismo les dará una señal. ¡Miren! Una virgen quedará embarazada y dará a luz un hijo, al que llamará Emanuel.


Porque nos nacerá un niño, se nos dará un hijo. Él llevará la responsabilidad de gobernar. Se llamará Consejero maravilloso, Dios poderoso, Padre eterno, Príncipe de la paz.


¡Miren! Yo envío a mi mensajero, y él preparará un camino para mi. El Señor que ustedes buscan llegará de repente a su Templo. El mensajero del acuerdo que ustedes dicen que está a gusto con ustedes viene pronto, dice el Señor Todopoderoso.


Y los que estaban en la barca lo adoraban, diciendo: “¡Realmente eres el Hijo de Dios!”


Ellos lo alabaron, y luego regresaron a Jerusalén llenos de alegría.


En el principio, la Palabra ya existía. La Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios.


Jesús le dijo: “María”. Ella se dirigió hacia él y dijo: “Rabboni”, que significa “Maestro” en hebreo.


Entonces le dijo a Tomás: “Coloca aquí tu dedo, y mira mis manos. Coloca tu mano en la herida que tengo en mi costado. ¡Deja de dudar y cree en mí!


“Crees en mí porque me has visto”, le dijo Jesús. “Felices aquellos que no han visto, y sin embargo aún creen en mí”.


Pero estas cosas están escritas aquí para que ustedes puedan creer que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y que al creer en quien él es, ustedes tengan vida.


a fin de que todos puedan honrar al Hijo así como honran al Padre. Cualquiera que no honra al Hijo, no honra al Padre que lo envió.


No hay duda alguna sobre ello: la verdad revelada sobre Dios es asombrosa. Él se nos fue dado a conocer en forma humana, fue vindicado por el Espíritu, visto por ángeles, declarado a las naciones, creído por el mundo, y recibido en gloria.


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