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Juan 11:55 - Versión Biblia Libre

55 Ya casi era la fecha de la celebración de la Pascua judía, y mucha gente se fue del campo hasta Jerusalén para purificarse para la Pascua.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

55 Y estaba cerca la pascua de los judíos; y muchos subieron de aquella región a Jerusalén antes de la pascua, para purificarse.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

55 Ya faltaba poco para la celebración de la Pascua judía, y mucha gente de todo el país llegó a Jerusalén varios días antes para participar en la ceremonia de purificación previa al comienzo de la Pascua.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

55 Se acercaba la Pascua de los judíos, y de todo el país subían a Jerusalén para purificarse antes de la Pascua.

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La Biblia Textual 3a Edicion

55 Estaba cerca la pascua de los judíos, y muchos subieron de la región a Jerusalem antes de la pascua para purificarse.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

55 Estaba ya próxima la pascua de los judíos y era mucha la gente de la región que había subido a Jerusalén antes de la pascua para purificarse.

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Juan 11:55
30 Referencias Cruzadas  

Entonces Jacob le dijo a su familia y a todos los que estaban con él: “Deshazte de los ídolos paganos que tienes contigo. Purifíquense y cambien su ropa.


Cuando terminaban los días de fiesta, Job mandaba a buscarlos y los purificaba, levantándose de madrugada para ofrecer un holocausto por cada uno de ellos. Job se preocupaba, pensando para sí mismo: “Tal vez mis hijos hayan pecado de alguna manera y hayan ofendido a Dios sin querer”. Era lo que Job hacía siempre.


Lavo mis manos para mostrar mi inocencia. Vengo a adorar a tu altar, Señor,


El Señor le dijo a Moisés: “Baja y prepáralos espiritualmente hoy y mañana. Deben lavar sus ropas


“Dile a los israelitas: ‘Si tú o tus descendientes están sucios por causa de un cadáver, o están viajando, aún pueden celebrar la Pascua del Señor.


Sin embargo, había algunos hombres que eran impuros porque habían estado en contacto con un cadáver, por lo que no podían celebrar la Pascua ese día. Fueron a ver a Moisés y Aarón el mismo día


Después que hubo dicho todo esto, Jesús le dijo a los discípulos:


“Ustedes saben que en dos días es la Pascua, y el Hijo del hombre será entregado y crucificado”.


Faltaban dos días para la Pascua y para la Fiesta de los panes sin levadura. Los jefes de los sacerdotes y los líderes religiosos estaban tratando de encontrar alguna manera oculta de arrestar a Jesús y mandarlo a matar.


Se acercaba el Festival de los Panes sin Levadura, también llamado La Pascua.


Seis días después de la Pascua, Jesús fue a Betania, al hogar de Lázaro, quien había sido levantado de los muertos.


Era el día antes de la fiesta de la Pascua, y Jesús sabía que había llegado la hora de abandonar este mundo y volver a su Padre. Había amado a quienes estaban en el mundo y que eran suyos, y ahora les había demostrado por completo su amor hacia ellos.


Temprano en la mañana, llevaron a Jesús de donde Caifás hasta el palacio del gobernador romano. Los líderes judíos no entraron al palacio, porque si lo hacían se contaminarían ceremonialmente, y ellos querían estar aptos para comer la Pascua.


Como ya casi era la fecha de la Pascua de los Judíos, Jesús se fue a Jerusalén.


Cerca de allí había seis tinajas que usaban los judíos para la purificación ceremonial, en cada una cabían veinte o treinta galones.


Después de esto, hubo una celebración judía, así que Jesús fue a Jerusalén.


Se acercaba la fecha de la fiesta judía de la Pascua.


Ve con ellos y haz los rituales de purificación con ellos, pagándoles para que les afeiten sus cabezas. De este modo todos sabrán que los rumores que han escuchado acerca de ti no son ciertos, sino que tú mismo guardas la Ley en tu forma de vivir.


Así que Pablo llevó consigo a estos hombres, y al día siguiente fue y se purificó con ellos. Entonces fue al Templo para dar aviso respecto a la terminación del tiempo de purificación y de la ofrenda que se daría por cada uno de ellos.


Eso fue lo que me encontraron haciendo, culminando la ceremonia de purificación. Y no había ninguna multitud o disturbio.


Que cada uno se examine así mismo y entonces déjenlo comer del pan y beber de la copa.


Acérquense a Dios y él se acercará a ustedes. Laven sus manos, pecadores. Purifiquen sus corazones, ustedes que tienen lealtades divididas.


“Sí, vengo en son de paz”, respondió. “He venido a presentar sacrificio al Señor. Purifíquense y vengan conmigo a hacer el sacrificio”. Entonces purificó a Isaí y a sus hijos y los invitó al sacrificio.


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