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Juan 11:33 - Versión Biblia Libre

33 Cuando la vio llorando a ella y a los judíos que habían venido con ella, Jesús se sintió atribulado y triste.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

33 Jesús entonces, al verla llorando, y a los judíos que la acompañaban, también llorando, se estremeció en espíritu y se conmovió,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

33 Cuando Jesús la vio llorando y vio a la gente lamentándose con ella, se enojó en su interior y se conmovió profundamente.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

33 Al ver Jesús el llanto de María y de todos los judíos que estaban con ella, su espíritu se conmovió profundamente y se turbó.

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La Biblia Textual 3a Edicion

33 Jesús entonces, cuando la vio llorando, y a los judíos que habían llegado con ella, se conmovió profundamente en su espíritu, y se turbó,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

33 Jesús, al ver que ella lloraba y que también lloraban los judíos que habían venido con ella, se estremeció profundamente y se conmovió.

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Juan 11:33
15 Referencias Cruzadas  

Jesús los miró con exasperación, muy molesto por la dureza de sus corazones. Entonces le dijo al hombre: “Extiende tu mano”. Y el hombre extendió su mano, y le fue sanada.


“¡Pueblo incrédulo!” respondió Jesús. “¿Por cuánto tiempo debo permanecer aquí con ustedes? ¿Por cuánto tiempo tengo que soportarlos? ¡Tráiganmelo aquí!”


y muchos judíos habían venido a consolar a María y Marta ante la pérdida de su hermano.


Los judíos que habían estado consolando a María en la casa vieron cómo ella se levantó rápidamente y salió. Entonces la siguieron, pensado que se dirigía a la tumba a llorar.


“¿Dónde lo han puesto?” preguntó él. Ellos respondieron: “Señor, ven y ve”.


Entonces Jesús también lloró.


Muy atribulado, Jesús se dirigió a la tumba. Era una cueva con una gran piedra que tapaba la entrada.


“Ahora estoy atribulado. ¿Qué debo decir, ‘Padre, guárdame de este momento de sufrimiento que está por venir’? No, porque esta es la razón por la cual vine—para vivir este momento de sufrimiento.


Después que dijo esto, Jesús estuvo profundamente atribulado, y declaró: “Les digo la verdad, uno de ustedes va a traicionarme”.


Alégrense con los que estén alegres; lloren con los que lloran.


Pues el sumo sacerdote que tenemos no es uno que no pueda entender nuestras debilidades, sino uno que fue tentado de la misma forma que nosotros, pero no pecó.


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