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Jeremías 23:1 - Versión Biblia Libre

1 Qué desgracia les espera a los pastores que destruyen y dispersan las ovejas de mi prado! declara el Señor.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

1 ¡Ay de los pastores que destruyen y dispersan las ovejas de mi rebaño! dice Jehová.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 »¡Qué aflicción les espera a los líderes de mi pueblo —los pastores de mis ovejas— porque han destruido y esparcido precisamente a las ovejas que debían cuidar!», dice el Señor.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 ¡Ay de esos pastores que pierden y dispersan las ovejas de mis praderas!

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 ¡Ay de los pastores que destruyen y dispersan las ovejas de mi pastizal!, dice YHVH.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 ¡Ay de los pastores que destruyen y dispersan el rebaño de mi pastizal! -oráculo de Yahveh-.

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Jeremías 23:1
30 Referencias Cruzadas  

Los “pastores” se han vuelto estúpidos: no le piden consejo al Señor. Por eso han fracasado, y todo su rebaño se ha dispersado.


Muchos pastores han venido y han destruido mi viña; han pisoteado las cosechas de mi campo. Han convertido mi tierra agradable en un páramo vacío.


Pero si te niegas a escuchar, lloraré secretamente por dentro a causa de tu orgullo. Mis lágrimas se derraman porque el rebaño del Señor ha sido capturado.


De la misma manera que un ladrón se siente culpable cuando es atrapado, así el pueblo de Israel ha sido avergonzado. Todos ellos: sus reyes, sus funcionarios, sus sacerdotes y sus profetas.


Sus sacerdotes no preguntaron: “¿Dónde está el Señor?” Sus maestros de la ley ya no creyeron en mí, y sus dirigentes se rebelaron contra mí. Sus profetas profetizaron invocando a Baal y siguieron a ídolos inútiles.


El viento se llevará a todos tus “pastores”, y tus amantes irán al exilio. Entonces serás avergonzada y deshonrada por todas las cosas malas que has hecho.


Esto es lo que el Señor, el Dios de Israel, dice de los pastores que debían cuidar a mi pueblo: Ustedes han dispersado mi rebaño. Los han ahuyentado y no los han cuidado, así que ahora me ocuparé de ustedes por todo el mal que han hecho, declara el Señor.


Mi pueblo es una oveja perdida, extraviada por sus pastores, que la hacen vagar sin rumbo por los montes. Van de un lugar a otro en los montes y colinas, olvidando dónde solían descansar.


Esto es lo que dice el Señor: El desastre viene para estos profetas insensatos que siguen sus propias ideas. No han visto nada.


Me llegó un mensaje del Señor que decía:


Así como ustedes empujan a las demás con sus costados y sus hombros, y usan sus cuernos para atacar a las débiles hasta ahuyentarlas,


“Ustedes son mis ovejas, las ovejas que yo apaciento. Ustedes son mi pueblo, y yo soy su Dios, declara el Señor Dios”.


Al igual que todos los rebaños que son llevados a Jerusalén para ser sacrificados durante las fiestas religiosas, así las ciudades que una vez fueron demolidas se llenarán de rebaños de personas. Entonces sabrán que yo soy el Señor”.


Estoy enojado con los pastores, y castigaré a los líderes. Porque el Señor Todopoderoso cuida de su rebaño, del pueblo de Judá, y los convertirá en su caballo de guerra más valioso.


“Olvídense de ellos—ellos son guías ciegos. Si un hombre ciego guía a otro hombre ciego, los dos caerán en una zanja”.


Cuando veía las multitudes, Jesús sentía gran compasión por ellos, porque estaban atribulados y desamparados, como ovejas sin pastor.


El ladrón solo viene a robar, matar y destruir. Yo he venido para traerles vida, una vida abundante.


El hombre a quien se le paga para cuidar de las ovejas no es el pastor, y huye apenas ve que se acerca el lobo. Él abandona a las ovejas porque no son suyas, y entonces el lobo ataca y dispersa a las ovejas


Todos los que vinieron antes de mi eran ladrones, pero las ovejas no los escucharon.


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