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Jeremías 17:10 - Versión Biblia Libre

10 Pero yo, el Señor, veo lo que la gente piensa. Examino sus mentes, para poder recompensarlas según sus actitudes y su forma de comportarse.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

10 Yo Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 Pero yo, el Señor, investigo todos los corazones y examino las intenciones secretas. A todos les doy la debida recompensa, según lo merecen sus acciones».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 Yo, Yavé, yo escudriño el corazón y sondeo las entrañas; yo doy a cada cual según su conducta y según el fruto de sus obras.

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 Yo, YHVH, Yo escudriño el corazón y sondeo los riñones,° Para dar a cada uno conforme a su camino, Conforme al fruto de sus obras.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 Yo, Yahveh, escruto el corazón, sondeo las entrañas, para dar a cada uno según su conducta, según el fruto de sus obras.

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Jeremías 17:10
39 Referencias Cruzadas  

entonces escucha desde el cielo, el lugar donde vives, y perdona. Contéstales según la forma en que viven sus vidas, porque tú sabes cómo son realmente las personas por dentro, y sólo tú conoces el verdadero carácter de las personas.


“Salomón, hijo mío, conoce al Dios de tu padre. Sírvele con total dedicación y con una mente dispuesta, porque el Señor examina cada motivación y entiende la intención de cada pensamiento. Si lo buscas, lo encontrarás; pero si lo abandonas, te rechazará para siempre.


Yo sé, Dios mío, que tú miras por dentro y te alegras cuando vivimos bien. Todo lo he dado de buena gana y con un corazón honesto, y ahora he visto a tu pueblo aquí dando felizmente y de buena gana para ti.


entonces tú escucha desde el cielo, el lugar donde vives, y perdona. Dales según su modo de vivir, porque tú sabes cómo son realmente las personas por dentro, y sólo tú conoces el verdadero carácter de las personas.


Él paga a la gente por lo que ha hecho y la trata como se merece.


¿No lo sabría Dios, siendo que él conoce los pensamientos de todos?


Pero por tu culpa nos matan día y noche. Somos considerados solo como ovejas listas para el sacrificio.


Tú nos amas con amor fiel. Tú pagas a cada uno conforme a lo que ha hecho.


El Altísimo es mi defensa. Es el que salva a los que viven en justicia.


Por favor, ponle fin a todo el mal hecho por los malvados. Vindica a los que hacen el bien, porque tú eres el Señor de justicia que examina las mentes y los corazones.


Tus palabras te traerán recompensa, y tu trabajo regresará a bendecirte.


El crisol sirve para probar la plata, y un horno para probar el oro; pero el Señor prueba las mentes.


Esto está muy mal: ¡que todos aquí en la tierra sufran el mismo destino! Además, la mente de la gente está llena de maldad. Se pasan la vida pensando en estupideces, y luego se mueren.


Pagará a todos por lo que han hecho: furia a sus enemigos, venganza a los que se le oponen, revancha a las tierras lejanas.


Apelo a ti, Señor Todopoderoso, tú que juzgas con justicia y examinas los pensamientos y sentimientos de la gente, déjame ver cómo los castigas, porque he dejado mi caso en tus manos.


Mi pueblo sembró trigo pero cosechó espinas. Se desgastaron, pero no obtuvieron ningún beneficio. Deberían avergonzarse de una cosecha tan pobre, causada por la furia del Señor.


Señor Todopoderoso, tú sabes sin lugar a dudas quién vive bien. Tú examinas los pensamientos y sentimientos de la gente. Así que deja que tu castigo caiga sobre ellos, porque he confiado en ti para que juzgues mi caso.


Voy a castigarte como te mereces por lo que has hecho, declara el Señor. Pondré tu bosque en el fuego y quemará todo lo que te rodea”.


Esto es lo que el Señor, el Dios de Israel, dice de los pastores que debían cuidar a mi pueblo: Ustedes han dispersado mi rebaño. Los han ahuyentado y no los han cuidado, así que ahora me ocuparé de ustedes por todo el mal que han hecho, declara el Señor.


tú eres el que es supremamente sabio y el que hace cosas increíbles. Tú vigilas lo que hace cada uno, y lo recompensas según su forma de vivir y lo que merecen sus acciones.


El Espíritu del Señor vino sobre mí y me dijo que dijera Esto es lo que dice el Señor: “¡Pueblo de Israel, eso es lo que estás diciendo! ¡Yo sé lo que están pensando por dentro!


Así podré hacer que el pueblo de Israel decida volver a comprometerse conmigo. En este momento, a causa de sus ídolos, todos ellos me tratan como su enemigo.


Pero el resto de la tierra quedará desolada por lo que han hecho los que allí habitan.


Porque el Hijo del hombre vendrá en la gloria de su Padre, junto con sus ángeles. Entonces le dará a cada uno lo que merece conforme a lo que haya hecho.


De esta manera, lo que den será secreto, y su Padre que ve lo que ocurre en secreto, los recompensará.


Él no necesitaba que nadie le hablara acerca de la naturaleza humana porque él conocía cómo pensaban las personas.


Luego oraron juntos, diciendo: “Señor, tú conoces los pensamientos de cada uno; por favor, muéstranos a cuál de estos dos tú has elegido


Pero ¿cuáles eran los resultados en ese entonces? ¿No se avergüenzan de las cosas que hicieron? ¡Eran cosas que conducen a la muerte!


Aquél que examina las mentes de todos conoce las motivaciones del Espíritu, porque el Espíritu aboga la causa de Dios en favor de los creyentes.


Yo enviaré a muerte a sus hijos. Entonces todas las iglesias sabrán que yo soy el que examina los pensamientos y las motivaciones. Yo recompensaré a cada uno conforme a sus obras.


Vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante el trono, y los libros se abrieron. Y se abrió otro libro, el libro de la vida, y los muertos fueron juzgados conforme a lo que estaba escrito en ellos y lo que habían hecho.


“Yo vengo pronto, y traigo mi recompensa para dar a todos conforme a lo que hayan hecho.


Pero el Señor le dijo a Samuel: “No te fijes en su aspecto exterior ni en su altura porque lo he rechazado. Porque el Señor no mira como los seres humanos. Los seres humanos sólo ven con sus ojos lo que está en el exterior, pero el Señor mira la forma de pensar de las personas en su interior”.


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