Biblia Todo Logo
La Biblia Online
- Anuncios -





Génesis 32:4 - Versión Biblia Libre

4 Y les dijo: “Esto es lo que deben decirle a mi señor Esaú: Tu siervo Jacob te envía este mensaje. He estado con Labán hasta ahora,

Ver Capítulo Copiar


Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

4 Y les mandó diciendo: Así diréis a mi señor Esaú: Así dice tu siervo Jacob: Con Labán he morado, y me he detenido hasta ahora;

Ver Capítulo Copiar

Biblia Nueva Traducción Viviente

4 Y les dijo: «Den este mensaje a mi señor Esaú: “Humildes saludos de tu siervo Jacob. Hasta el momento, estuve viviendo con el tío Labán,

Ver Capítulo Copiar

Biblia Católica (Latinoamericana)

4 Jacob mandó a avisar de su llegada a su hermano Esaú, en Seír, en los campos de Edom;'

Ver Capítulo Copiar

La Biblia Textual 3a Edicion

4 y les ordenó, diciendo: Así diréis a mi señor Esaú: Así dice tu siervo Jacob: He habitado como forastero con Labán deteniéndome hasta ahora.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 Envió Jacob por delante mensajeros a Esaú, su hermano, a Seír, en el campo de Edom,

Ver Capítulo Copiar




Génesis 32:4
23 Referencias Cruzadas  

“Escucha, mi señor, tú eres un príncipe muy respetado entre nosotros. Elige el mejor lugar para sepultar a tu difunta. Ninguno de nosotros se opondrá”.


“Dame un poco de ese guisado rojo”, le dijo Esaú a Jacob. “¡Muero de hambre!” (Fue así como Esaú obtuvo su otro nombre: “Edom”, que significa “rojo”).


Que los pueblos de distintas naciones te sirvan y se inclinen ante ti. Que todos los que te maldigan sean malditos, y que sean benditos todos los que te bendigan”.


Entonces Isaac le contestó a Esaú: “Lo he hecho tu señor, y he dicho que todos sus parientes serán sus siervos. He declarado que no le faltará el grano ni el nuevo vino. ¿Qué puedo dejar para ti, hijo mío?”


Trabajé catorce años por tus dos hijas, y seis años más con tus rebaños. ¡Y me redujiste el sueldo diez veces!


deberán decirle: ‘Tu siervo Jacob envía estos como regalo a mi señor Esaú, y viene detrás de nosotros’”.


y tengo ganado, asnos, ovejas y cabras, así como esclavos y esclavas. He enviado a estos mensajeros para explicarte esto, mi señor, esperando que te alegresde verme”.


Sigue adelante, mi señor, y tu siervo vendrá lentamente, caminando con los niños, y me reuniré contigo en Seir”.


“¿Para qué eran todos los animales que encontré en el camino?” Preguntó Esaú. “Son un regalo para ti, mi señor, para que me trates bien”, respondió Jacob.


Esaú se estableció en la región montañosa de Seír.


La siguiente es la genealogía de Esaú, padre de los edomitas, que vivía en las colinas de Seír:


Si hicieras lo correcto, te verías contento. Pero si no haces lo correcto, el pecado será como animales agazapados en la puerta de tu casa, listos para atacarte. El pecado desea apoderarse de ti, pero tú debes mantener el control”.


Así que, llevando cilicio en la cintura y cuerdas en la cabeza, fueron y se rindieron al rey de Israel, y le dijeron: “Tu siervo Ben Adad te pide: ‘Por favor, déjame vivir’”. El rey respondió: “¿Sigue vivo? Lo considero mi hermano”.


“Por favor, no te enfades conmigo, mi señor”, respondió Aarón. “Tú mismo sabes cuánto mal es capaz de hacer este pueblo.


Una respuesta amable evitará la ira, pero las palabras hirientes aumentarán el enojo.


Si eres paciente, podrás persuadir a tu superior, y las palabras suaves pueden derribar la oposición.


Esto es lo que debes hacer: Sal de ese compromiso, porque te has puesto bajo el poder de esa persona. Ve donde tu vecino con toda humildad y pídele que te libre de ese compromiso.


Si tu superior se enfada contigo, no te rindas y te vayas. Si mantienes la calma, incluso los errores graves pueden resolverse.


Un mensaje sobre Edom. Una voz me llama desde Seir, preguntando: “Vigilante, ¿qué hora es? Vigilante, ¿qué hora de la noche es?”


Porque los que se exaltan a sí mismos, serán humillados, y los que se humillan, serán exaltados”.


como Sara, que obedecía a Abrahán, y lo llamaba “señor”. Ustedes son sus hijas si hacen lo recto y sin temor.


Señor, cuando saliste de Seir, cuando marchaste del país de Edom, la tierra tembló, la lluvia cayó del cielo, las nubes derramaron agua.


Saúl reconoció la voz de David y preguntó: “¿Eres tú quien habla, David, hijo mío?” “Sí, soy yo, mi señor y rey”, respondió David.


Síguenos en:

Anuncios


Anuncios


¡Síguenos en WhatsApp! Síguenos