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Génesis 19:9 - Versión Biblia Libre

9 “¡Apártate de nuestro camino!” gritaron. “¿Quién crees que eres, que vienes a vivir aquí, y ahora tratas de juzgarnos? ¡A ti te haremos peores cosas que las que íbamos a hacerles a ellos!” Entonces empujaron a Lot y trataban de derribar la puerta.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

9 Y ellos respondieron: Quita allá; y añadieron: Vino este extraño para habitar entre nosotros, ¿y habrá de erigirse en juez? Ahora te haremos más mal que a ellos. Y hacían gran violencia al varón, a Lot, y se acercaron para romper la puerta.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

9 —¡Hazte a un lado! —gritaron ellos—. Este tipo llegó a la ciudad como forastero, ¡y ahora actúa como si fuera nuestro juez! ¡Te trataremos mucho peor que a esos hombres! Y se lanzaron contra Lot para tirar la puerta abajo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

9 Pero ellos le respondieron: '¡Quítate del medio! ¡Eres un forastero y ya quieres actuar como juez! Ahora te trataremos a ti peor que a ellos. Lo empujaron violentamente y se disponían a romper la puerta.

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La Biblia Textual 3a Edicion

9 Pero respondieron: ¡Quítate de ahí! Y añadieron: Es el único que ha venido como forastero, ¿y pretende erigirse en juez? ¡Ahora te trataremos peor que a ellos! Y arremetiendo violentamente contra Lot, intentaban forzar la puerta.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 Dijeron ellos: '¡Quítate de ahí!'. Y añadieron: '¡Vino aquí como extranjero y ahora pretende erigirse en juez! Ahora te trataremos peor que a ellos'. Forcejearon violentamente con el hombre, con Lot, y se acercaron para romper la puerta.

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Génesis 19:9
21 Referencias Cruzadas  

Y el Señor dijo: “Miren cómo estas personas están unidas y hablando el mismo idioma. ¡Si pueden lograr todo esto tan solo comenzando, nada les será imposible si se fijan un propósito!


Abrán se fue a vivir a la tierra de Canán mientras que Lot se asentó entre las ciudades del valle, estableciendo su campamento en Sodoma.


“¿Quién te ha encargado como juez sobre nosotros?” , respondió el hombre. “¿Acaso vas a matarme como lo hiciste con el egipcio?” Entonces Moisés se asustó por esto y se dijo a sí mismo: “¡La gente sabe lo que he hecho!”


Los sabios son cuidadosos y evitan el mal, pero los necios andan confiados en su imprudencia.


Mejor es encontrarte con una madre oso a quien le han robado sus hijos, que con una persona estúpida.


La piedra puede ser pesada, y la arena puede pesar mucho, pero la molestia causada por la gente estúpida es la mayor carga de todas.


Los insensatos comienzan diciendo tonterías y terminan diciendo tonterías perversas.


Esto está muy mal: ¡que todos aquí en la tierra sufran el mismo destino! Además, la mente de la gente está llena de maldad. Se pasan la vida pensando en estupideces, y luego se mueren.


Dicen a los demás: ¡Mantengan la distancia! No te acerques a mí, pues soy demasiado santo para que me toques. ¡Esta gente es como el humo en mis narices, un hedor que arde todo el día!


Por eso no se ha enviado rocío ni han caído lluvias de primavera. Pero tú te limitas a comportarte como una prostituta; te niegas a aceptar que has hecho algo malo.


¿Se avergonzaron de las cosas repugnantes que hicieron? No, no se avergonzaron en absoluto, ni siquiera pudieron sonrojarse. Por eso caerán como los demás, cuando los castigue; caerán muertos, dice el Señor.


¿Se avergüenzan de las cosas repugnantes que hicieron? No, no se avergüenzan en absoluto, ni siquiera son capaces de sonrojarse. Por eso caerán como los demás, cuando los castigue; caerán muertos, dice el Señor.


Los pecados de tu hermana Sodoma fueron estos: Ella y sus hijas eran orgullosas, codiciosas y perezosas. No ayudaron a los pobres ni a los necesitados.


“No den a los perros lo que es santo. No tiren sus perlas a los cerdos. Así los cerdos no las pisotearán, y los perros no vendrán a atacarlos a ustedes.


Entonces el filisteo le gritó a David: “Ven aquí, y daré de comer tu carne a las aves y a los animales salvajes”.


El hombre podía responder: “Déjame, primero quemar toda la grasa, y luego puedes tener toda la que quieras”. Pero el criado del sacerdote le contestaba: “No, debes dármela ahora. Si no lo haces, la tomaré por la fuerza”.


Debes saber lo que ha pasado y pensar en lo que debes hacer al respecto. El desastre está a punto de golpear a nuestro amo y a toda su familia, ¡pero es tan odioso que nadie puede hacerlo entrar en razón!”


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