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Éxodo 15:8 - Versión Biblia Libre

8 Túsoplaste y el mar se amontonó. Las olas se alzaron como un muro. Las profundidades del océano se volvieron sólidas.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

8 Al soplo de tu aliento se amontonaron las aguas; Se juntaron las corrientes como en un montón; Los abismos se cuajaron en medio del mar.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 Al soplido de tu aliento, ¡las aguas se apilaron! El impetuoso oleaje se quedó firme como un muro; en el corazón del mar las aguas se endurecieron.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 Al soplo de tus narices retroceden las aguas, las olas se paran como murallas; los torbellinos cuajan en medio del mar.

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 Con el viento de tus narices, Se amontonaron las aguas, Fluyeron erguidas como dique, Los abismos se cuajaron, En el corazón del mar.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 Al soplo de tu ira se aglomeran las aguas, se alzan las olas como un dique, se cuajan los abismos en el corazón del mar.

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Éxodo 15:8
13 Referencias Cruzadas  

El Señor rugió, y con el viento del aliento de su nariz se vieron los valles del mar y se descubrieron los cimientos de la tierra.


Un soplo de Dios los destruye; una ráfaga de su cólera los aniquila.


Reúne las aguas de los mares, mantiene almacenadas las profundidades del océano.


Él dividió el mar en dos y los condujo a través de él, manteniendo las aguas como muros a cada lado.


Pero los israelitas habían caminado por el mar en tierra seca, con muros de agua a su derecha y a su izquierda.


En cambio, juzgará a los pobres con justicia, y tomará decisiones justas en favor de los desamparados de la tierra. Golpeará la tierra cuando pronuncie el juicio, y ejecutará a los malvados con sólo una palabra de sus labios.


Mira, voy a asustarlo: oirá un rumor y tendrá que volver a su país. Cuando esté allí lo haré matar a espada”.


Las montañas te vieron y se estremecieron. Salió el agua y se derramó por todo el lugar. Las profundidades salieron a la luz, formando enormes y altas olas.


Pisoteaste el mar con tus caballos, agitando las poderosas aguas.


Entonces el hombre de anarquía será revelado, ese a quien el Señor Jesús destruirá, arrasando con él, aniquilándolo con el resplandor de su venida.


En el momento en que los sacerdotes que llevan el Arca pisen el agua, el río dejará de fluir y el agua se amontonará”.


El agua se amontonó mucho más arriba, en la ciudad de Adán, cerca de Zaretán, mientras que río abajo ya no fluía más agua hacia el Mar Muerto. De este modo el pueblo pudo cruzar el río, frente a Jericó.


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