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Éxodo 12:23 - Versión Biblia Libre

23 “Cuando el Señor pase a castigar a los egipcios, verá la sangre en la parte superior y en los lados del marco de la puerta. Pasará porencima de la puerta y no permitirá que el destructor entre en sus casas y los mate.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

23 Porque Jehová pasará hiriendo a los egipcios; y cuando vea la sangre en el dintel y en los dos postes, pasará Jehová aquella puerta, y no dejará entrar al heridor en vuestras casas para herir.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

23 pues el Señor pasará por la región para herir de muerte a los egipcios. Pero cuando él vea la sangre en la parte superior y en ambos lados del marco de la puerta, el Señor pasará esa casa de largo. No permitirá que su ángel de la muerte entre en las casas de ustedes y los hiera de muerte.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

23 Pues Yavé, con su plaga, va a recorrer todo Egipto y, al ver la sangre en la entrada, pasará de largo y no permitirá que el Exterminador entre en sus casas y los mate.

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La Biblia Textual 3a Edicion

23 Así cuando pase YHVH para herir a los egipcios, verá la sangre en el dintel y sobre ambas jambas y pasará YHVH de aquella puerta, y no dejará que el destructor entre para plagar vuestras casas.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

23 Cuando Yahveh pase para herir a los egipcios y vea la sangre sobre el dintel y sobre las dos jambas, pasará de largo ante aquella puerta y no dejará que el exterminador entre en vuestras casas para herir.

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Éxodo 12:23
14 Referencias Cruzadas  

Pero justo cuando el ángel se disponía a destruir Jerusalén, el Señor cedió de causar semejante desastre y le dijo al ángel destructor: “Es suficiente. Ya puedes parar”. Justo en ese momento el ángel del Señor estaba junto a la era de Arauna el jebuseo.


“Quisiera que me escondieran en el Seol; escóndeme allí hasta que tu ira desaparezca. Fija allí un tiempo definido para mí, y acuérdate de mi.


Moisés dijo: “Esto es lo que dice el Señor: Alrededor de la medianoche recorreré todo Egipto.


Tomarán un poco de sangre y la pondrán a los lados y en la parte superior de los marcos de las puertas de las casas en las que coman.


Pueblo mío, entrad en vuestras casas y cerrad las puertas detrás de ustedes. Escóndanse allí por un tiempo hasta que pase la furia.


Entonces el ángel del Señor fue al campamento asirio y mató a 185.000 de ellos. Cuando los supervivientes se despertaron por la mañana, estaban rodeados de cadáveres.


“Recorre toda la ciudad de Jerusalén y pon una marca en la frente de los que suspiran y se lamentan por todos los pecados repugnantes que se cometen allí”.


Maten a los ancianos, a los jóvenes y a las niñas, a las mujeres y a los niños, pero no se acerquen a los que tienen la marca. Empezad por mi santuario”. Así que empezaron por matar a los ancianos que estaban delante del Templo.


No se quejen de Dios, como algunos lo hicieron, y murieron en manos del ángel destructor.


Por fe en Dios, Moisés observó la Pascua y la aspersión de la sangre en los dinteles, para que el ángel destructor no tocara a los israelitas.


Han venido a Jesús, quien participa con nosotros de esta nueva relación de pacto; han venido a la sangre esparcida que tiene más valor que la de Abel.


“¡No le hagan daño a la tierra, ni al mar, ni a los árboles, hasta que hayamos puesto un sello en las frentes de los verdaderos seguidores de Dios!”


Se les dijo que no hicieran daño al pasto, ni a la vegetación, ni a los árboles, solo a aquellos que no tenían el sello de Dios sobre sus frentes.


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