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Ester 3:9 - Versión Biblia Libre

9 “Si le place a Su Majestad, emita un decreto para destruirlos, y yo personalmente contribuiré con 10.000 talentos de plata a los que llevan a cabo los negocios del rey para que sean depositados en el tesoro real”.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

9 Si place al rey, decrete que sean destruidos; y yo pesaré diez mil talentos de plata a los que manejan la hacienda, para que sean traídos a los tesoros del rey.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

9 Si al rey le agrada, emita un decreto para destruirlos, y yo donaré diez mil bolsas grandes de plata a los administradores del imperio para que los depositen en la tesorería del reino».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

9 Si el rey lo estima conveniente, demos la orden de exterminarlos y yo daré a los funcionarios diez mil talentos de plata para que los depositen en el tesoro real».

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La Biblia Textual 3a Edicion

9 Si parece bien al rey, decrétese su destrucción, y yo pesaré diez mil talentos de plata en manos de quienes manejan la hacienda° para que los ingresen en los tesoros del rey.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 Si parece bien al rey, que se dicte un decreto para exterminarlos; y yo entregaré diez mil talentos de plata en manos de los funcionarios de la hacienda para ponerlos en el erario del rey'.

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Ester 3:9
7 Referencias Cruzadas  

Abraham aceptó la oferta de Efrón y Abraham calculó el peso y le dio a Efrón las cuatrocientas piezas de plata que había dicho, usando el peso estándar que usaban los mercaderes, y delante de los hititas como testigos.


El rey se quitó su anillo de sello y lo entregó a Amán, hijo de Hamedata, el agagueo, enemigo de los judíos.


Amán fue a ver al rey Jerjes y le dijo: “Hay un pueblo particular que vive entre otros en muchos lugares diferentes de las provincias de tu imperio y que se separa de todos los demás. Tienen sus propias leyes, que son diferentes a las de cualquier otro pueblo, y además no obedecen las leyes del rey. Así que no es buena idea que Su Majestad los ignore.


Mardoqueo le explicó todo lo que le había sucedido, incluyendo la cantidad exacta de dinero que Amán había prometido pagar al tesoro real por la destrucción de los judíos.


Porque mi pueblo y yo hemos sido vendidos para ser destruidos, asesinados y aniquilados. Si sólo hubiéramos sido vendidos como esclavos, me habría callado, porque nuestro sufrimiento no habría justificado molestar al rey”.


En ese momento, algunos astrólogos se presentaron y lanzaron acusaciones contra los judíos.


Cuando comenzó a saldar cuentas, fue presentado delante de él un siervo que le debía diez mil talentos.


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