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Esdras 1:1 - Versión Biblia Libre

1 Para que se cumpliera la profecía del Señor dada a través de Jeremías, el Señor animó a Ciro, rey de Persia, a emitir una proclama en todo su reino y también a ponerla por escrito, diciendo:

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

1 En el primer año de Ciro rey de Persia, para que se cumpliese la palabra de Jehová por boca de Jeremías, despertó Jehová el espíritu de Ciro rey de Persia, el cual hizo pregonar de palabra y también por escrito por todo su reino, diciendo:

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 En el primer año de Ciro, rey de Persia, el Señor cumplió la profecía que había dado por medio de Jeremías. Movió el corazón de Ciro a poner por escrito el siguiente edicto y enviarlo a todo el reino:

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 El primer año de Ciro, rey de Persia, se cumplió la palabra de Yavé proclamada por Jeremías: Yavé despertó el espíritu de Ciro, rey de Persia. Ciro mandó proclamar, tanto de viva voz como por escrito, en su reino, lo siguiente:

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Y° en el año primero° de Ciro rey de Persia, para que se cumpliera la palabra de YHVH por boca de Jeremías, YHVH despertó el espíritu de Ciro rey de Persia° para que se proclamara en todo el reino por pregón y por escrito, diciendo:

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 El año primero de Ciro, rey de Persia, en cumplimiento del oráculo de Yahveh pronunciado por Jeremías, excitó Yahveh el espíritu de Ciro, rey de Persia, quien hizo publicar de viva voz y también por escrito, por todo su reino, este decreto:

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Esdras 1:1
23 Referencias Cruzadas  

Entonces Dios animó a los jefes de familia de Judá y Benjamín, así como a los sacerdotes y a los levitas, a ir y reconstruir el Templo del Señor en Jerusalén.


Pero Zorobabel, Jesúa y los líderes de la familia de Israel respondieron: “Ustedes no pueden compartir con nosotros la construcción de un Templo para nuestro Dios. Sólo nosotros podemos construirlo para el Señor, el Dios de Israel. Esto es lo que Ciro, el rey de Persia, nos ha ordenado hacer”.


Como resultado, los líderes judíos siguieron construyendo, y se sintieron alentados por los mensajes del profeta Ageo y de Zacarías, hijo de Iddo. Terminaron de construir el Templo siguiendo el mandato del Dios de Israel y los decretos de Ciro, Darío y Artajerjes, reyes de Persia.


Entonces celebraron la Fiesta de los Panes sin Levadura durante siete días. Todos los habitantes del país estaban muy contentos porque el Señor había hecho que el rey de Asiria les fuera favorable, ayudándoles a reconstruir el Templo de Dios, el Dios de Israel.


En el primer año del rey Ciro, éste emitió un decreto relativo al Templo de Dios en Jerusalén: “Que se reconstruya el Templo como lugar donde se ofrezcan sacrificios, y que tenga unos cimientos fuertes y firmes. Hazlo de sesenta codos de alto y sesenta codos de ancho,


Alabado sea el Señor, el Dios de nuestros antepasados, que puso en la mente del rey honrar así el Templo del Señor en Jerusalén,


Hizo que los pueblos que los habían capturado los trataran con misericordia.


El Señor dirige las decisiones del rey como si fuera una corriente de agua, enviándola en la dirección que él quiere.


Cuando le diga a Ciro: ‘Tú eres mi pastor’, él cumplirá todo lo que yo quiera. Él dará la orden: Jerusalén será reconstruida, y dirá: ‘El Templo será restaurado’”.


Esto es lo que dice el Señor a Ciro, el que ha ungido, a Ciro, cuya mano derecha he agarrado para dirigirlo a derrotar naciones y debilitar reyes, para abrir ante él puertas y portones que no se cerrarán.


Estas son las palabras de Jeremías hijo de Hilcías, uno de los sacerdotes que vivía en Anatot, en el territorio de Benjamín.


Esto es lo que dice el Señor: Cuando terminen los setenta años de exilio en Babilonia, me ocuparé de ustedes y cumpliré mi promesa de hacerlos regresar a Jerusalén.


Se unirán a ellos soldados de Persia, Cus y Put, todos equipados con escudos y cascos,


Daniel permaneció en esta posición hasta el primer año del reinado de Ciro.


En el segundo año del reinado de Nabucodonosor, el rey tuvo sueños que lo perturbaron tanto que le resultaba difícil dormir.


Entonces Darío escribió a todos los pueblos del mundo, a las diferentes naciones y lenguas, diciendo: “Mis mejores deseos para ustedes.


Durante el primer año de su reinado, yo, Daniel, comprendí, por las Escrituras dadas al profeta Jeremías, que pronto se cumpliría el tiempo de setenta años en que Jerusalén quedaría desolada.


“Yo soy ‘una voz que clama en el desierto: “¡Enderecen el camino del Señor!”’” dijo él, usando las palabras del profeta Isaías.


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