Biblia Todo Logo
La Biblia Online
- Anuncios -





Apocalipsis 3:19 - Versión Biblia Libre

19 “Yo corrijo y disciplino a los que amo. Así que sé sincero y arrepiéntete.

Ver Capítulo Copiar


Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

19 Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso, y arrepiéntete.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Nueva Traducción Viviente

19 Yo corrijo y disciplino a todos los que amo. Por lo tanto, sé diligente y arrepiéntete de tu indiferencia.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Católica (Latinoamericana)

19 Yo reprendo y corrijo a los que amo. Vamos, anímate y conviértete.

Ver Capítulo Copiar

La Biblia Textual 3a Edicion

19 Yo reprendo y disciplino a todos los que amo,° sé pues fervoroso, y arrepiéntete.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Serafín de Ausejo 1975

19 Yo, a los que amo, los reprendo y castigo. ¡Anímate, pues, y conviértete!

Ver Capítulo Copiar




Apocalipsis 3:19
31 Referencias Cruzadas  

Yo seré un padre para él, y él será un hijo para mí. Si hace el mal, lo disciplinaré con la vara como se hace con la gente, como un padre que castiga a un hijo.


Mira qué feliz es la persona a la que Dios corrige, así que no desprecies la disciplina del Todopoderoso.


Cuando nos disciplinas, reprendiéndonos por nuestros pecados, es como una polilla comiéndose todo lo que es precioso para nosotros. Todos nosotros somos solo un suspiro… Selah.


Señor, por favor, no me condenes por causa de tu enojo hacia mi; por favor, no me castigues con tu ira.


Mi devoción por tu casa me consume por dentro. Me tomo a pecho los insultos de quienes te maldicen.


¿Creen que el que castiga a todas las naciones no los castigará también? O, ¿Creen que el que les enseña a los seres humanos sobre el conocimiento no sabe nada?


Si abandonas el camino del bien, recibirás disciplina. Todo el que aborrece la corrección morirá.


Si ignoras la instrucción, te aborreces a ti mismo; pero si escuchas la corrección, obtendrás entendimiento.


Los niños son ignorantes por naturaleza. La corrección física les ayudará a entrar en razón.


Señor, cuando sufrimos acudimos a ti, derramando nuestras oraciones como susurros mientras nos disciplinabas.


Por favor, disciplíname con justicia, Señor, pero no mientras estés enojado, pues de lo contrario me matarás.


Fue inútil que castigara a tus hijos porque se negaron a aceptar cualquier disciplina. Usaste tus propias espadas para matar a tus profetas, destruyéndolos como un león feroz.


Yo estoy con ustedes y los salvaré, declara el Señor. Aunque voy a destruir por completo a todas las naciones donde te he dispersado, no te destruiré por completo. Sin embargo, te disciplinaré como te mereces, y puedes estar seguro de que no te dejaré sin castigo.


No te preocupes, he oído los gemidos de Efraín, que dice: “Me has disciplinado muy duramente, como si fuera un ternero que no ha sido adiestrado. Por favor, hazme volver, déjame regresar, porque tú eres el Señor, mi Dios.


Así que tienes que decirles: “Esta es la nación que se negó a escuchar lo que dijo el Señor, su Dios, y no quiso aceptar la disciplina del Señor. La verdad se ha extinguido; la gente ni siquiera habla de ella.


Tú no prestas atención a nadie ni aceptas la corrección; no confías en el Señor, ni pides su ayuda.


Todas las jovencitas se levantaron y cortaron la mecha de sus lámparas. Las jóvenes necias le dijeron a las jóvenes sabias:


Sus discípulos recordaron la Escritura que dice: “¡Mi devoción por tu casa es como un fuego que arde dentro de mí!”


No sean perezosos para el trabajo arduo; sirvan al Señor con un espíritu entusiasta.


Pero cuando somos juzgados, estamos siendo disciplinados por el Señor, a fin de que no seamos condenados junto con el mundo.


Somos menospreciados, aunque somos reconocidos; nos han dado por muertos, pero aún estamos vivos; nos han dado latigazos pero no hemos muerto.


Miren, por ejemplo, lo que ocurrió cuando tuvieron esta misma experiencia de tristeza que viene de Dios. Recuerden cuán empeñados y afanados se volvieron por defenderse, cuánto enojo sintieron por lo que había sucedido, con cuanta seriedad asumieron las cosas, y cuánto anhelo tenían por hacer lo recto; estaban muy preocupados y deseosos de que se hiciera justicia. En todo esto ustedes demostraron que eran sinceros en su deseo de hacer las cosas rectamente.


Por supuesto, es bueno hacer el bien. ¡Pero debería ser todo el tiempo, no solo cuando yo estoy aquí con ustedes!


Así que debes darte cuenta de que así como un padre disciplina a su hijo, el Señor tu Dios te disciplina a ti.


Pues él se entregó a sí mismo por nosotros, para podernos libertar de toda nuestra maldad, y para limpiarnos para él, como un pueblo que le pertenece, y que está dispuesto a hacer el bien.


Feliz es quien soporta con paciencia la tentación, porque cuando haya demostrado que es fiel, recibirá la corona de vida que Dios promete a los que le aman.


Así que recuerda de dónde has caído, arrepiéntete y vuelve a lo que hacías al principio. De lo contrario vendré a ti y quitaré tu candelabro de su lugar, a menos que te arrepientas.


Síguenos en:

Anuncios


Anuncios


¡Síguenos en WhatsApp! Síguenos