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2 Samuel 19:39 - Versión Biblia Libre

39 Así que todos cruzaron el Jordán primero, y luego cruzó el rey. El rey besó a Barzilai y lo bendijo, y luego Barzilai regresó a su casa.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

39 Y todo el pueblo pasó el Jordán; y luego que el rey hubo también pasado, el rey besó a Barzilai, y lo bendijo; y él se volvió a su casa.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

39 Luego toda la gente cruzó el Jordán junto con el rey. Después que David lo hubo bendecido y besado, Barzilai regresó a su propia casa.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

39 El rey le dijo: 'Muy bien, que Quinján se quede conmigo. Haré para él lo que tú quieras y todo lo que me pidas lo haré por ti'.

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La Biblia Textual 3a Edicion

39 Y toda la gente cruzó el Jordán, y pasó también el rey. Luego el rey besó a Barzilai y lo bendijo, y él volvió a su lugar.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

39 Respondió el rey: 'Que venga conmigo Quinhán, y yo haré en favor suyo lo que mejor te pareciere, pues te concederé todo lo que me pidas'.

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2 Samuel 19:39
18 Referencias Cruzadas  

Y bendijo a Abrán, diciéndole: “Que tú, Abrán, seas bendito por el Altísimo, Creador del cielo y de la tierra.


El Dioa Altísimo te bendiga y que tus descendientes sean tan numerosos que llegues a ser el ancestro de muchas naciones.


Labán se levantó temprano por la mañana y dio un beso de despedida a sus nietos e hijas. Los bendijo y luego se fue para volver a casa.


Besó a todos sus hermanos y lloró por ellos, y después de eso, sus hermanos pudieron empezar a hablar con él.


Entonces Jacob bendijo de nuevo al faraón antes de dejarlo.


Entonces José fue con su padre Jacob y le presentó al faraón. Después de que Jacob bendijera al faraón,


“No, hijo mío”, respondió el rey, “no podemos ir todos. Seríamos una carga para ti”. Aunque Absalón insistió, David no estuvo dispuesto a ir, pero le dio a Absalón su bendición.


Así que Joab fue y le contó al rey lo que Absalón había dicho. Entonces David llamó a Absalón, quien vino y se inclinó con el rostro en el suelo ante él en señal de respeto. Entonces el rey besó a Absalón.


El rey respondió: “Quimán cruzará conmigo, y yo lo trataré como mejor te parezca, y haré por ti lo que quieras”.


Cuando terminó de ofrecer los sacrificios, David bendijo al pueblo en nombre del Señor Todopoderoso.


Cuando David llegó a su casa para bendecir a su familia, Mical, la hija de Saúl, salió a su encuentro y le dijo: “¡Qué distinguido se ha puesto hoy el rey de Israel, quitándose la túnica para que lo vieran todas las sirvientas, como se expondría cualquier personal vulgar!”


Eliseo dejó los bueyes, corrió tras Elías y le dijo: “Por favor, déjame ir y despedirme de mi padre y de mi madre, y luego te seguiré”. “Vete a casa”, respondió Elías. “Nunca he hecho nada por ti”.


Entonces Balaam se marchó y volvió a su país, y Balac se marchó también.


Entonces Simeón los bendijo, y dijo a María la madre de Jesús: “Este niño está destinado para hacer que muchos en Israel caigan y muchos otros se levanten. Es una señal de Dios que muchos rechazarán,


Entonces todos lloraron mientras lo abrazaban y lo besaban.


Saluden a todos los creyentes de allí con afecto.


Y volvieron a llorar a gritos. Entonces Orfa se despidió de su suegra con un beso. Pero Rut se aferró con fuerza a Noemí.


Así que David le prometió esto a Saúl con un juramento. Entonces Saúl regresó a su casa, pero David y sus hombres volvieron a la fortaleza.


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