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2 Samuel 19:13 - Versión Biblia Libre

13 Díganle a Amasa: ‘¿No eres tú también mi carne y mi sangre? Que Dios me castigue muy severamente si a partir de ahora no eres tú el comandante de mi ejército en lugar de Joab’”.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

13 Asimismo diréis a Amasa: ¿No eres tú también hueso mío y carne mía? Así me haga Dios, y aun me añada, si no fueres general del ejército delante de mí para siempre, en lugar de Joab.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

13 Además, David les pidió que le dijeran a Amasa: «Como eres de mi misma sangre, al igual que Joab, que Dios me castigue y aun me mate si no te nombro comandante de mi ejército en su lugar».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

13 ¿No son ustedes mis hermanos, y mi carne y mis huesos? ¿Por qué van a ser los últimos en reinstaurar al rey?

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La Biblia Textual 3a Edicion

13 Y a Amasa diréis: ¿No eres tú hueso mío y carne mía? ¡Así me haga Dios y aun me añada° si no has de ser jefe del ejército delante de mí todos los días, en lugar de Joab!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

13 Vosotros sois mis hermanos; carne y hueso míos sois. ¿Por qué habéis de ser los últimos en hacer que vuelva el rey?'.

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2 Samuel 19:13
13 Referencias Cruzadas  

Labán le dijo: “¡No hay duda alguna, eres carne de mi carne y sangre de mi sangre!” Y Jacob se quedó con Labán durante un mes.


Absalón había puesto a Amasa al frente del ejército para sustituir a Joab. Amasa era hijo de un hombre llamado Itra, el ismaelita que vivía con Abigail, la hija de Nahas y hermana de Servia, la madre de Joab.


“¿Qué? ¿Lo viste así?” le dijo Joab al hombre. “¿Por qué no lo mataste allí mismo? ¡Te habría dado diez siclos de plata y un cinturón de soldado como recompensa!”


Entonces el rey ordenó a Amasa: “Convoca al ejército de Judá. Haz que vengan a mí dentro de tres días, y ven tú también”.


Cuando Abner regresó a Hebrón, Joab lo llevó aparte a la puerta de la ciudad, como si fuera a hablar con él en privado. Pero Joab lo apuñaló en el vientre, matándolo en venganza por haber matado a Asael, el hermano de Joab.


Todas las tribus de Israel se acercaron a David en Hebrón y le dijeron: “Somos tu carne y tu sangre.


Joab, hijo de Sarvia, era el comandante del ejército, y Josafat, hijo de Ahilud, llevaba los registros oficiales.


Entonces Jezabel le envió un mensajero a Elías para decirle: “¡Que los dioses me hagan tanto y más si para mañana no he hecho que tu vida sea como la de los que mataste!”


Entonces el Espíritu vino sobre Amasai, el líder de los Treinta. “¡Somos tuyos, David, y estamos contigo, hijo de Isaí! Que la paz, la prosperidad y el éxito sean tuyos y de los que te ayuden, porque Dios es el que te ayuda”. Así que David les permitió unirse a él, y los puso al frente de su ejército.


Donde tú mueras, moriré yo, y allí seré enterrada. Que el Señor me castigue duramente si dejo que algo que no sea la muerte nos separe”.


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