2 Corintios 10:3 - Versión Biblia Libre

³ Aunque vivimos en este mundo, no peleamos como el mundo.

Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

³ Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne;

Biblia Nueva Traducción Viviente

³ Somos humanos, pero no luchamos como lo hacen los humanos.

Biblia Católica (Latinoamericana)

³ Humana es mi condición, pero no lo es mi combate.

La Biblia Textual 3a Edicion

³ Porque aunque vivimos en la carne, no militamos según la carne.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

³ Porque, aunque vivimos en carne, no según la carne combatimos.

2 Corintios 10:3 Referencias Cruzadas

Romanos 7:5

Cuando éramos controlados por la vieja naturaleza, nuestros deseos pecaminosos (tal como los revela la ley) obraban dentro de nosotros y traían como resultado la muerte.

Romanos 8:13

Porque si ustedes viven bajo el control de su naturaleza pecaminosa, van a morir. Pero si siguen el camino del Espíritu, dando muerte a las cosas malas que hacen, entonces vivirán.

Romanos 8:4

De este modo, pudimos cumplir los buenos requisitos de la ley, siguiendo al Espíritu y no a nuestra naturaleza pecaminosa.

2 Corintios 1:17

¿Por qué cambié mi plan original? ¿Creen que tomo decisiones a la ligera? ¿Creen que cuando hago planes soy como cualquier persona del mundo que dice Sí y No al mismo tiempo?

2 Corintios 10:4

Nuestras armas no son de este mundo, pero tenemos el poder de Dios que destruye fortalezas del pensamiento humano, y derriba teorías engañosas.

Gálatas 2:20

He sido justificado con Cristo, de modo que ya no soy yo quien vive, sino Cristo quien vive en mí. La vida que ahora vivo en este cuerpo, la vivo confiando en el Hijo de Dios, quien me amó y se entregó por mí.

1 Timoteo 1:18

Estas son las instrucciones que quiero darte, Timoteo, mi hijo, siguiendo las profecías que te han traído hasta aquí, para que puedas pelear la buena batalla.

2 Timoteo 4:7

He peleado la buena batalla, he terminado la carrera, y he mantenido mi fe en Dios.

Hebreos 12:1

Por eso, siendo que estamos rodeados de tal multitud de personas que demostraron su fe en Dios, despojémonos de todo lo que nos detiene, del pecado seductor que nos hace tropezar, y sigamos corriendo la carrea que tenemos por delante.